Desde San Lázaro

Se fortalece el ánimo colectivo

No es que un proyecto represente la victoria y otro la derrota, simplemente la frustración de la sociedad, puede inclinarse hacia un cambio.

Comentar los acontecimientos que impactan en el ánimo colectivo es parte de este escribidor y en ese sentido es obligado resaltar el triunfo de la selección de futbol ante el campeón del mundo, en tierras soviéticas, ante un estadio pletórico de mexicanos.

Esta victoria en el Mundial de fut es un revulsivo que tiene alcances sociales de alto impacto y necesariamente tiene consecuencias positivas en todos los ámbitos productivos y sociales de México.

Podrían decir aquellos que no les interesa el futbol que es esto exagerado; sin embargo, existen estudios sociológicos sobre la influencia que tienen las victorias en el deporte y en otros ámbitos de la actividad del hombre para alcanzar un poder hegemónico.

No por nada los gobiernos le invierten tremendas inversiones para tener la jetatura en cualquier área del conocimiento y por supuesto del deporte ya que la repercusión precisamente en las áreas productivas del Estado y de orgullo nacional, es definitiva.

Por lo menos en el futbol, el equipo mexicano está a la altura de las mejores del orbe y aunque apenas empieza el torneo ya no sólo se habla de superar el escollo que representa el quinto partido, sino de alcanzar el campeonato.

Desde luego, en los deportes de alto rendimiento la diferencia entre la victoria y la derrota es microscópica y por ello se requiere un estado mental poderoso basado en la confianza plena.

Escribíamos hace algunos días en este espacio la relación directa que existe entre los resultados alcanzados en la gesta mundialista y la elección presidencial ya que estos últimos se verán afectados, precisamente por él ánimo colectivo. En esta lógica, existe una relación directa entre el triunfo de la selección de fut y el posicionamiento del partido oficial en el poder y desde luego del propio Presidente de la república.

Así, a mayor éxito en el torneo, mayores posibilidades de que gane José Antonio Meade y por el contrario, si México es eliminado en la primera etapa de la competición, que ahora se ve harto difícil, pues crecen las posibilidades de que Andrés Manuel López Obrador gane los comicios.

No es que un proyecto represente la victoria y otro la derrota, simplemente la frustración de la sociedad, puede inclinarse hacia un cambio, ya que lo actual no sirve. Este silogismo está fundamentado precisamente en el grado de aceptación o rechazo que tiene una sociedad ante sus gobernantes. Mientras la ciudadanía este contenta y satisfecha, dicen los clásicos, con pan y circo, existen menos posibilidades de agitar el avispero.

De igual manera, con el relevante paso que ha dado la selección mexicana hacia la siguiente etapa, se mantiene la atención en el Mundial, por lo que los diez días que faltan de campaña estarán en el ostracismo, en ese sentido, podría decirse que AMLO no tendrá problema alguno para alcanzar sus aspiraciones.

Y un tercer punto sobre la desbordada confianza que existe entre las filas del Peje y ahora embriagados por el elixir de la victoria, les ha impedido trabajar, por ejemplo, en consolidar la estructura partidista y de movilización para la jornada del 1 de julio.

No se trata sólo de tener representantes del partido en todas las casillas, sino de tener ese poder de convocatoria entre simpatizantes, para refrendar en las urnas, lo que dicen las encuestas.

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