Desde San Lázaro

Resabios del debate

Alejo Sánchez Cano reflexiona sobre del debate presidencial y considera que AMLO no pudo defender con argumentos sólidos sus propuestas.

En el posdebate, dicen los equipos de los cinco candidatos, todos ganaron, y para ello muestran encuestas a modo. De igual manera, los jilgueros afines se desgañitan en favor de determinado candidato y atacan con todo a sus adversarios. Lo que queda al final son versiones diferentes de una contundente realidad: la incapacidad de Andrés Manuel López Obrador para hilvanar propuestas viables y sobre todo para defenderlas con argumentos sólidos.

El espectáculo ofrecido por el tabasqueño fue lamentable, ya que además de pretender martirizarse ("Me echan montón", afirmó. A lo que de inmediato El Bronco le contestó: "Y cómo no va a ser así, si dices puras barbaridades") no pudo ocultar su carácter irascible, que se manifestó al no despedirse de nadie cuando terminó el evento.

Podemos enumerar las propuestas de AMLO y todas tienen un tinte populista y son inviables, particularmente las referidas a seguridad, corrupción y pobreza.

Las frases armadas que pronuncia AMLO hasta la saciedad en los diferentes escenarios en donde se presenta, no sólo perdieron su efectividad en el debate, sino que muchas de ellas causaron hilaridad y risa: "Voy a venderle el avión presidencial a Trump, ya se lo ofrecí".

En cuanto a su patrimonio y sus hijos, Andrés Manuel ya no pudo ocultar su ira, ya que cayó al extremo de regalar sus dos departamentos a José Antonio Meade, si le comprobaba que eran de él. Esa será otra ganancia que sacó el extitular de la SHCP del debate.

El colmo de la soberbia de AMLO fue la cartulina que mostró, en la que se observa que va a la punta en las encuestas, restregando a sus adversarios su ventaja en lugar de defender sus propuestas y argumentos.

Habría que ponderar el efecto en el resultado de la elección, pero eso sólo se verá ese día; mientras diremos que, sin duda, el punto de inflexión de la caída de AMLO y el repunte de sus adversarios es precisamente este primer debate.

Lo que es un hecho es que el nuevo formato del debate fortaleció a la incipiente democracia mexicana, empero, debe ajustarse aún más en las siguientes dos ediciones. Una sería sólo dejar a un moderador, aunque ya se anunció que serán dos, y permitir de la bolsa de tiempo discusión abierta y directa entre los candidatos por 10 minutos.

¿Se imaginan que pudieran debatir libremente y sin cortapisas de tiempo, sobre su patrimonio y la corrupción?

Para el debate de Tijuana se anuncia que se recibirán llamadas del público; sin embargo, si no se amplían los márgenes de tiempo, es difícil escuchar la oferta política de los candidatos

Cierto que al ser cinco candidatos se complica la administración del tiempo, aunque aquí jugaría la creatividad, la imaginación y la agilidad mental para dejar posicionados sus mensajes.

Lo que no se vale es lo que comentó Héctor Aguilar Camín, al descalificar a los dos independientes "porque ya son muchos y porque El Bronco es un delincuente electoral".

Todavía no lo juzga el Tribunal Electoral ni la FEPADE; sin embargo, ya lo sentenció el periodista.

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