Desde San Lázaro

Reprobados, los aspirantes a la Corte

Los tres candidatos de AMLO no cubren el perfil que debe tener un ministro de la Corte; debido a ello el Senado debe rechazar la terna y esperar otra que garantice la independencia e imparcialidad.

A poco cree Loretta Ortiz Ahlf que con renunciar a su militancia en Morena va a borrar sus quereres con ese partido, y sobre todo a la hora de emitir sus juicios como ministra de la Corte va a olvidar lo que ha hecho su esposo, José Agustín Ortiz Pinchetti, por Andrés Manuel López Obrador, sobre todo cuando se le defendió en aquel malogrado desafuero armado por Vicente Fox.

De hecho, no sólo ella está descalificada para llegar a esa estratégica posición en la Corte, sino los otros dos candidatos propuestos por el Presidente, pues también cuentan con un perfil parcial hacia los intereses del nuevo gobierno.

No en vano organizaciones de la sociedad civil se oponen a la terna que envió al Senado el titular del Ejecutivo federal.

La terna integrada por Celia Maya, Juan Luis González Alcántara Carrancá y Loretta Ortiz no garantiza que el Poder Judicial mantenga su independencia, sobre todo después del desencuentro que tuvo AMLO con ellos por el nivel de sus remuneraciones, pero que en el fondo se trata de doblegar al único poder que mantiene su autonomía.

Una condición indispensable para ser ministro es precisamente su imparcialidad, y el haber militado en un partido político descalifica de inmediato a cualquier candidato que aspire a esa posición.

Por lo tanto, la Cámara alta tiene la oportunidad histórica de rechazar la terna propuesta por López Obrador.

Los tres candidatos tienen nexos con Morena y con AMLO, dos han trabajado con ese partido y el otro fue presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México cuando él fue jefe de Gobierno.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Designaciones Públicas, la terna genera dudas sobre los perfiles y su cercanía con el Ejecutivo federal, lo que pone en entredicho su independencia.

Es de alto riego para el propio López Obrador que se designe a cualquiera de los tres como ministro de la Corte, ya que de inmediato la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) observaría el nombramiento, en virtud de que ha considerado como una condición esencial que los jueces y magistrados gocen de independencia e imparcialidad para ejercer de manera libre sus labores dentro de las entidades de justicia, eliminado la posibilidad de situaciones de subordinación o dependencia a otros poderes o instituciones.

Los senadores deben rechazar la terna propuesta por el Ejecutivo, al no hacerlo estarían comprometiendo a la propia democracia al someter a la Corte a los designios del poder hegemónico.

Catalina Botero, exrelatora de la CIDH, precisa que la democracia no se fortalece si en la Corte hay una persona que es amiga del presidente o aliada de los partidos. "Cuando el poder político no tiene freno puede abusar y termina pagando la ciudadanía al no tener jueces y ministros independientes".

Botero, en entrevista con Animal Político, dijo que para la designación del nuevo ministro se debe exigir que se cumplan al menos tres requisitos: que sea una persona moralmente intachable; que técnicamente esté muy capacitada y sepa del manejo de los derechos humanos, tener amplio conocimiento en derecho constitucional y de perspectiva de género; además debe ser independiente del poder político.

Como se aprecia los tres candidatos de AMLO no cubren el perfil que debe tener un ministro de la Corte, debido a ello el Senado debe rechazar la terna y esperar otra que garantice la independencia e imparcialidad de los nuevos aspirantes.

Veremos si el bloque opositor, conformado por el PAN, PRI, MC y PRD, tiene los arrestos suficientes para impulsar el rechazo a la terna, en aras de fortalecer la impartición de justicia y el régimen democrático, así como la división de poderes.

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