Desde San Lázaro

Los retos de Esteban Moctezuma

El próximo titular de la SEP tendrá retos formidables, pero el principal es el respeto a la vigencia del artículo tercero y garantizar el derecho de los mexicanos a la educación.

Uno de los sectores que sin duda requieren mayor atención en la administración de Andrés Manuel López Obrador, es el educativo, por lo que el próximo titular de la SEP, Esteban Moctezuma, enfrentará retos formidables, tanto en la modificación de la reforma educativa, particularmente a la Ley General del Servicio Profesional Docente, como en mantener la operatividad de esa secretaría, ya por la cohesión en el seno del SNTE, ya por el traslado de las oficinas centrales a Puebla.

A decir de los especialistas, hay puntos muy concretos que se deben abordar en el nuevo entramado jurídico de la nueva reforma educativa, que tienen que ver con las mejoras para la implementación de la reforma curricular en educación básica; la profundización en la implementación de la autonomía curricular y de gestión, así como las adecuaciones del servicio profesional docente y el nuevo planteamiento de evaluación.

El SNTE ha venido insistiendo en que la evaluación a los docentes estuviera apegada a la vigencia de los derechos de los trabajadores de la educación, e igualmente exigieron públicamente eliminar definitivamente del proceso de evaluación todo viso sancionador o punitivo.

La evaluación por sí sola no cumple el objetivo de elevar la calidad del desempeño de los maestros, y aplicando la lógica pedagógica debería invertirse la ecuación: a) primero, construir con los maestros los indicadores de desempeño; b) socializar éstos; c) profesionalizar a todo el magisterio dada la diversidad generacional, de formación y de actualización.

Como se aprecia, los propios maestros insisten en que la reforma educativa es perfectible, por ello están de acuerdo con el próximo presidente de que se deben revertir algunos temas que contemplan diversos ordenamientos, ya que violan los derechos adquiridos con el paso de los años.

Un asunto que no va a esperar hasta el 1 de diciembre, fecha en que Esteban Moctezuma asumirá la titularidad de la Secretaría de Educación Pública, es el intento de fracturar la unidad del SNTE y con ello convulsionar al sector, buscando en última instancia la renovación de su actual dirigencia, que por mandato del VII Congreso Nacional Extraordinario de esa agrupación sindical estará hasta febrero de 2024.

Elba Esther Gordillo, desde la prisión domiciliaria, lleva a cabo con familiares y algunos incondicionales un movimiento que pretende ser nacional, y que a través de redes sociales, principalmente, intenta boicotear a la SEP y con ello a millones de estudiantes que estarían arrastrados por un conflicto sindical y magisterial, con paros en planteles educativos y enfrentamientos entre mentores, polarizados por la creación de sindicatos paralelos al SNTE, y con el desconocimiento de los acuerdos tomados por su Congreso Nacional.

Moctezuma Barragán no debe dejarse presionar por Gordillo e incluso por personajes cercanos al próximo presidente, quienes insistirán hasta el cansancio en recobrar, a través de testaferros, al SNTE.

El SNTE, como se sabe, es el sindicato con más agremiados de América Latina y ahora, más que nunca, están preparados para enfrentar los retos que se avecinan, unidos en torno a su agrupación sindical y dirigencia, cerrando el paso con ello a quienes hoy pretenden su división y fractura.

Esteban Moctezuma requiere para llevar a cabo las tareas encomendadas, el apoyo del SNTE y la CNTE para tener éxito en la cruzada nacional que se avecina por la educación, vista ésta como la vigencia de la escuela pública; es decir, respeto a la vigencia del artículo tercero constitucional para garantizar el derecho de los mexicanos a una educación de calidad con equidad.

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