Desde San Lázaro

Llama el clero a la cordura y unidad

La sociedad mexicana transita por un ambiente de crispación y lo menos que necesita el país son llamados a la violencia, comenta Alejo Sánchez Cano.

Preocupa que en estos días algunos políticos y sus asesores, como es el caso de John Ackerman, de Morena, amenacen con que habrá "chingadazos" si no ganan, ya que emitir este tipo de provocaciones, lejos de ayudar a fortalecer la cohesión social e institucional, lo único que obtiene es el demérito de la democracia.

Al ofrecer su primera misa en la Catedral Metropolitana como nuevo arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes expresó frente a sus feligreses: "Hoy nos abruman situaciones que violentan la justicia y la paz, agresiones que denigran nuestra condición de hermanos y que fomentan una vida de confrontación, discriminación, de menosprecio a la dignidad humana, y que conducen a la angustia, a la tragedia y a la muerte".

El mensaje del representante eclesiástico cobra especial relevancia si consideramos que la sociedad mexicana transita por un ambiente de crispación, donde, por un lado, digamos que la situación económica de millones de mexicanos está en crisis; por otro, la violencia e inseguridad desbordan a las autoridades de los tres niveles de gobierno. Y por si fuera poco, los candidatos de los partidos políticos lo único que logran es dividir y confrontar aún más a una población ya de por sí distante por las marcadas diferencias sociales.

No se equivoca el representante de la Iglesia católica cuando hace un llamado a una reconciliación, "que tenga como fruto la seguridad y que esta se dé en un marco de libertad de todos los mexicanos"; y tampoco falta a la verdad al señalar que entre los mexicanos hay situaciones que nos "abruman", y clama por la necesidad de encontrar soluciones en la que todos juntos logren "reconstruir el estilo de vida" de la sociedad mexicana.

Es cierto, todos los grupos religiosos están impedidos para hacer política, pero la prohibición se refiere a la política partidista o a toda acción que intente condicionar a los feligreses por un gobierno o gobernante, a eso se refiere la Constitución cuando se habla de una separación entre Iglesia y Estado, pero eso no le restringe al clero opinar sobre la realidad por la que transita el país.

Según el último censo de población y vivienda realizado por el Inegi, México tiene una población religiosa abrumadora por encima de quienes se consideran ateos, donde ocho de cada 10 tienen algún culto, por ello cobra importancia la participación de las iglesias en el acontecer nacional, hecho que no se contrapone a lo señalado en la Carta Magna.

Por tal motivo, no hay que perder de vista el llamado del jerarca del catolicismo cuando señala que sus feligreses están "abrumados", porque en general ese es el sentir del resto de la población. Así que señores de la política, es el momento de dejar atrás todo señalamiento que divida a los mexicanos y mejor enfocarse a dar solución a los graves problemas que laceran a la sociedad. Este llamado se suma a otros que han hecho diversos mexicanos y organizaciones de reconocido prestigio, que piden además dejar el oportunismo a un lado, así como el engaño, la manipulación y la demagogia.

La historia del país da cuenta de lo que ocurre cuando se encienda la chispa que prende la pradera. La Revolución Mexicana y los diversos movimientos separatistas de la federación por parte de varias entidades, son sólo algunos sangrientos ejemplos que han enfrentado a los mexicanos en cruentas guerras civiles. Claro que ahora el entorno es diferente. Sin embargo, la pobreza, la marginación, el descontento y la irritabilidad social son algunos ingredientes de esa bomba molotov que podría estallar en cualquier momento, y ese puede ser con las elecciones del 1 de julio, más con llamados a la violencia que se hacen desde ahora por simpatizantes de Morena.

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