Desde San Lázaro

Irrumpe Margarita en la contienda presidencial

Margarita Zavala ya está en la antesala de la presidencia, sólo falta ver cómo quedará el final de la fotografía de la competencia electoral.

El 11 de marzo adelantamos en este espacio que Jaime Rodríguez Calderón y Armando Ríos Piter quedarían fuera de la competencia por la Presidencia de la República y con ello serían cuatro candidatos, tres hombres y una mujer, los que se disputarán el honor de comandar los destinos de la nación rumbo a un futuro que puede ser brillante o terriblemente desastroso.

Las extraordinarias adversidades que enfrentaron las candidaturas independientes para todos los cargos de representación popular, tenían la finalidad de impedir que compitieran ciudadanos que no estuvieran cobijados por partidos políticos.

El legislativo hizo todo para abortan esa misión imposible, empero no contaron con la determinación, el valor y, sobre todo, el apoyo de un sector de la sociedad que se pronunció por apoyar a las candidaturas independientes.

En el caso del Bronco y del Jaguar todavía su caso no está concluido, ya que tienen los argumentos jurídicos para demostrar que sí alcanzaron los apoyos y la dispersión requerida, particularmente el gobernador con licencia de Nuevo León.

En cualquiera de los casos, Margarita Zavala ya está en la antesala de la Presidencia de la República en un cuarto lugar y remando a contracorriente, empero con la inercia ganadora que trae, todo puede suceder.

A quien no le gustó nada que Margarita librará el gigantesco escollo que representaba la validación de firmas, es a Ricardo Anaya, que, ahora sí, tendrá un rival de espolones que, en una primera etapa, fue excluida y marginada de un eventual proceso de selección de candidato presidencial al interior del PAN.

Como señala la señora Zavala, a ella la pusieron en la boleta 900 mil ciudadanos y a Anaya dos: Dante Delgado y Alejandra Barrales.

Ahora, lo relevante es que, a 100 días de la elección, ya son tres candidatos que están apoyados por los partidos políticos y una respaldada por los ciudadanos.

En una competencia que desde su origen ha estado viciada por la inequidad y por la preferencia hacia los candidatos de los partidos políticos, y en particular hacia Andrés Manuel López Obrador, la irrupción de los independientes es un tanque de oxígeno a la consolidación de la democracia mexicana.

Hay que recordar que uno de los mayores promotores de esta inequidad entre los candidatos presidenciales, es precisamente el INE, autoridad electoral que fomentó el agandalle de AMLO y que, a pesar de las denuncias promovidas, no han hecho caso alguno, al contario, lo siguen apapachando con la pretensión de prohibir los debates en la intercampaña y con la intención de cerrarle la puerta a los independientes en la madre de todas las elecciones.

Si no fuera por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que se ha encargado de corregir las constantes ilegalidades en que incurre el INE, las elecciones de 2018 estarían enmarcadas en la parcialidad, en la exclusión y el favoritismo.

Ahora viene lo bueno, con el inminente inició de las campañas políticas y, con ello, el recrudecimiento de la guerra sucia que cobrará dimensiones insospechadas en las redes sociales.

Viene la prueba de fuego para las instituciones del Estado y para la propia gobernabilidad.

La paz social está más amenazada que nunca y si Andrés Manuel López Obrador o Ricardo Anaya se empeñan en soltar al tigre, pues que Dios los coja confesados.

Y señalamos lo anterior por el rápido crecimiento que tienen sus adversarios políticos. José Antonio Meade y Margarita Zavala harán que al final se cierre de tal manera la competencia, que será un final de fotografía.

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