Desde San Lázaro

Donación de órganos, esperanza de vida

Esta semana se aprobó en el Senado la Ley General de Salud; ahora le toca a los diputados que no se convierta en uno de los pendientes de esta legislatura.

Quién de nosotros no conoce algún caso de un familiar, amigo o conocido que en estos momentos la mejoría de su salud dependa de la donación de un órgano, o lo que es peor, quién de nosotros no ha escuchado de la venta o trasplantes de estos de manera ilegal ante la necesidad y desesperación de los pacientes, quienes muchas veces son presa de estos ilícitos por la falta de una cultura de la donación de órganos.

Lo anterior viene a colación por la iniciativa de reformas a la Ley General de Salud, que esta semana se aprobó en el Senado de la República, la cual tiene como propósito fortalecer la cultura de donación de órganos y tejidos, eliminar el rezago que en esa materia existe en el sector salud, y contribuir para que quienes están en lista de espera de alguna donación puedan obtenerlos de manera licita con fines de trasplante.

Es cierto, las reformas aprobadas por los senadores todavía tendrán que pasar para el mismo trámite ante la Cámara de Diputados. Pero su sola presentación y discusión en el Poder Legislativo ya es un avance, pues es un hecho que en México no existe la cultura de donación de órganos y ahora la propuesta establece que toda persona podrá donar su cuerpo, total o parcialmente, a menos que haya manifestado su voluntad de no hacerlo.

La donación de órganos y tejidos se realizará una vez que se confirme la pérdida de la vida del disponente, informando de manera inmediata a sus familiares de dicho acontecimiento, se refiere en la minuta del Senado.

Hace unas semanas, durante el proceso de dictaminación de la referida iniciativa, el senador Francisco López Brito, presidente de la Comisión de Salud, quien es médico cirujano de profesión, refirió que la tasa nacional de donación, en 2017, fue del 32.2 por millón de habitantes; la de donador fallecido, de 15.5 por millón de habitantes, y la de donador, un promedio de 4.1 por millón de habitantes.

Con datos de 2016, el galeno dijo ante el pleno cameral que en ese año se realizaron un total de seis mil 685 trasplantes, tres mil 193 de órganos que corresponden a la tasa de 26.1 por millón de habitantes, y se tuvo un crecimiento de 3.5 por ciento con respecto a la tasa de 2015.

El crecimiento referido sin duda alienta a todos aquellos pacientes que están en espera del milagro de que pronto les aparezca un donador, pero igualmente ese dato nos refiere que en nuestra población no hay la cultura de la donación de nuestros cuerpos una vez que la vida nos abandone, por eso la importancia de esa ley que en su implementación representa una esperanza de vida.

También refirió que en 2017, con datos del Centro Nacional de Trasplantes, existían más de 20 mil enfermos en espera de un órgano con fines de trasplante, y dijo que el principal miembro que se solicita es el riñón, entre las enfermedades crónico-degenerativas. El tema ya está en la Cámara baja y corresponde ahora a los diputados poner de su parte para que este asunto no se convierta en uno más de los pendientes que existen en la presente legislatura. De su rápida acción dependen muchas vidas.

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