Desde San Lázaro

Demasiada desinformación y mucho corazón

A 100 días de las elecciones y a nueve de iniciar formalmente las campañas, la mayoría de la gente aún no sabe por quién votar. La moneda aún está en el aire.

La encuesta de EL FINANCIERO publicada el jueves contiene diversos datos que marcan inercialmente tres aspectos: la caída de Ricardo Anaya, el crecimiento de José Antonio Meade y la delantera de AMLO. Sin embargo, lo relevante del estudio es que 38 por ciento de los encuestados aún no decide por quién va a votar y 17 por ciento expresa tener alguna idea, pero podría cambiar.

En cuanto a los candidatos independientes, todavía aparecen El Bronco y El Jaguar que, por lo pronto, están expulsados de la contienda. A Margarita Zavala la apoyan el 7.0 por ciento.

Si se mantiene la tendencia de los porcentajes alcanzados, no hay forma de que pierda López Obrador, toda vez que la ventaja que tiene es de 18 puntos sobre su más cercano competidor. Aunque en 2006, cuando tenía la supremacía de dos dígitos sobre Felipe Calderón a tres meses de la elección, fue derrotado por escaso margen.

El levantamiento se hizo del 9 al 14 de marzo, periodo en que no estaba definido el tema de los independientes y los impactos derivados de los posicionamientos que hizo López Obrador en la convención bancaria y con los directivos de Bancomer.

Más allá de estas consideraciones, lo relevante del asunto es que a 100 días de la elección y nueve de que comiencen formalmente las campañas, y con ello la auténtica contienda político-electoral, el tabasqueño se mantiene en la punta, Meade remonta, Anaya se desploma, además de la irrupción de Margarita Zavala.

Esto es lo que arroja la fotografía del momento, tomada por estudios demoscópicos que, históricamente, en las elecciones presidenciales no han sido certeros en sus resultados. Así que hay que tomarlas con las reservas del caso.

Yo me voy más con lo que se escucha en los focus group y por lo que dice la gente en las conversaciones informales.

Me dejo llevar más por el pulso que tiene el ciudadano de a pie y en estos hay una conclusión que prevalece: la mayoría no sabe por quién votar, tal vez están seguros por quién no hacerlo, pero todavía su voto es incierto.

Y efectivamente, la moneda está en el aire.

Se escuchan los pros y contras de determinado candidato o candidata, pero, por desgracia, prevalece demasiada desinformación y mucho corazón. Es decir, los atributos no se miden por la capacidad y propuestas del candidato, sino por una conexión emocional, ya sea porque es mujer o debido a que le gusta su propuesta antigobierno o de plano 'porque no es corrupto'.

De igual manera, se hace más caso de lo que se dice en redes sociales, aunque no sea verdad. Se cree a pie juntillas lo que circula en la nube, por encima de lo que dicen la mayoría de los periodistas y medios de comunicación tradicionales, no obstante que la información de los profesionales sea verídica. Tal vez eso no importa, lo que cree la gente es lo que quiere escuchar.

Otro factor que será determinante a la hora de votar, por increíble que parezca, es la justa mundialista futbolera, en donde los resultados que alcance el equipo nacional serán determinantes para que gane o pierda determinado candidato.

Si la Selección Mexicana supera el escollo del quinto partido, la mayoría estará eufórico y convencido que lo que se ha hecho, en términos generales, está bien, por ende votarían, muchos de ellos, por el PRI y sus aliados. En cambio, si no se consigue el pase a la siguiente ronda, pues seguro habrá alternancia en el poder.

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