Los cambiantes son ese segmento de electores que cambia su preferencia de un candidato a otro por lo menos en una ocasión durante las campañas. Esos electores tienen el potencial de hacer la 'travesura' a cualquier candidato, dependiendo de lo competida que sea la contienda.
Por ello, los cambiantes influyen en los cálculos y las estrategias electorales, en los mensajes de campaña y en las esperanzas o pesadillas de los candidatos. Durante el actual proceso electoral, los cambiantes ya han dejado huella. Las tendencias de las encuestas han cambiado, quizá no como muchos expertos se imaginaban hace unos meses, pero han cambiado.
Según el trend de encuestas de Nación321, el porcentaje efectivo de apoyo a López Obrador oscilaba entre 30 y 35 por ciento allá por octubre y noviembre, llegando casi a 50 por ciento en junio. Con ello, su ventaja pasó de cinco o seis puntos a alrededor de 25. Ciertamente algunos indecisos han tomado partido en el camino, pero esta historia es producto de los cambiantes.
A dos semanas de las elecciones, los electores cambiantes siguen inspirando esfuerzos por ganar el voto. La idea del voto útil es apelar a un voto cambiante. Algunos creen que los cambiantes pueden arrebatar un triunfo que se da por hecho, pero otros no descartan que amplíen aún más la ventaja del puntero. Lo cierto es que es muy difícil predecir hacia dónde cambiarán los cambiantes. Repito: pocos imaginaban la manera en que las preferencias del electorado han evolucionado en los últimos seis u ocho meses.
Algo que sí podemos hacer es tratar de dimensionar el segmento cambiante y describir su perfil. A falta de encuestas tipo panel, que se aplican a las mismas personas en distintos momentos, no podemos decir con toda certeza cuántos y quiénes han cambiado su intención de voto para presidente en estas campañas. Pero sí podemos aproximarnos si preguntamos directamente a los encuestados si han cambiado o no. El riesgo con ello es que el tamaño del cambio se quede corto, ya que no a todos les gusta admitir que cambian de parecer y sonar inconsistentes.
En las encuestas nacionales de EL FINANCIERO se han incluido algunas preguntas en ese sentido. Una de ellas ya la mencioné en este espacio en otra ocasión. Le preguntamos a los entrevistados cómo se describen a sí mismos: 36 por ciento dijo que suele ser leal a un partido político (considerando las encuestas publicadas en marzo, mayo y junio), 40 por ciento se describió como cambiante -a veces vota por uno y a veces por otro- y 17 por ciento dijo ser indeciso -le cuesta trabajo tomar una decisión.
Los cambiantes son una pluralidad, pero juntándolos con los indecisos, podríamos esperar que la mayoría pudiera cambiar de opinión. Sólo como referencia, el Estudio Panel México 2012 registró alrededor de 50 por ciento de entrevistados que cambiaron de preferencia en ese año. No obstante, en esta pregunta no sabemos si el cambio de voto se da en un mismo proceso electoral o de una elección a otra. Es una medición un poco ambigua.
Usemos otra. En esas mismas encuestas nacionales le preguntamos al entrevistado cómo ha sido su intención de voto en los últimos tres meses: 49 por ciento dijo que ha mantenido su preferencia por un mismo candidato; 21 por ciento dijo que cambió de candidato en al menos una ocasión y 26 por ciento dijo que no se había definido aún por ningún candidato. Bajo este esquema, una quinta parte ha cambiado.
Entre los cambiantes hay proporcionalmente más mujeres que hombres, más jóvenes y más electores de baja escolaridad. Será muy interesante ver qué sorpresa nos puedan tener los cambiantes hacia la recta final de las campañas y el mismo día de la elección, cuando se enfrenten finalmente a la boleta. También hay que recordar que si las tendencias no se alteran eso no quiere decir que no haya habido más cambios, sino que éstos se pueden cancelar entre sí. Estaremos atentos a la elección de los cambiantes.