Alejandro Gomez Tamez

Algo anda mal con el crecimiento económico y la creación de empleos

 

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La teoría económica nos dice que el crecimiento económico se traduce en creación de empleos, y que también la creación de empleos a su vez coadyuva al crecimiento económico. Esto debido a que en la medida en que hay más puestos de trabajo se genera una mayor masa salarial disponible que se traduce en más consumo. De esta manera se genera un circulo virtuoso de crecimiento económico–creación de empleos–más consumo–mayor crecimiento económico.

Con esto en mente, en GAEAP realizamos un ejercicio para medir la correlación entre la tasa de crecimiento del empleo formal registrado ante el Instituto Mexicano del seguro Social (IMSS) y la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). Para ello tomamos la serie histórica de trabajadores asegurados y obtuvimos promedios trimestrales para el periodo del tercer trimestre de 1997 al primer trimestre de 2017.

Posteriormente calculamos la tasa de crecimiento trimestral anualizada para cada trimestre. Una vez que contamos con estos datos medimos el coeficiente de correlación de éstos con la tasa de crecimiento trimestral del PIB para el periodo del tercer trimestre de 1998 al primer trimestre de 2017.

A continuación se presentan los hallazgos principales, pero antes de eso cabe señalar que el coeficiente de correlación es una medida estadística para conocer qué tanto se mueven juntas dos variables. De tal manera que un coeficiente de correlación de 1 indica que dos variables se mueven de manera idéntica, mientras que uno de 0 indica que las variables no tienen relación entre sí.

Para fines prácticos, un coeficiente de correlación arriba de 0.7 muestra que dos variables están significativamente correlacionadas entre sí (aunque esto no necesariamente indica causalidad –que el movimiento de una impacta en el movimiento de la otra y viceversa).

Para todo el periodo que abarca de 1998 a 2017 el coeficiente de correlación fue de 0.76, el cual es un valor alto, y en dicho periodo la tasa promedio trimestral de crecimiento de los asegurados fue de 3.0 por ciento mientras que la del PIB fue de 2.4 por ciento. Esto indica que por cada punto porcentual en que creció el PIB, la tasa de crecimiento de los asegurados fue de 1.25 por ciento; o puesto de otra forma, que por cada punto porcentual en que crecen los empleos formales, el PIB aumenta 0.8 puntos porcentuales.

Para entender mejor la transformación que ha sufrido la economía mexicana a lo largo del tiempo, y tener un mejor análisis de cómo ha evolucionado la relación entre el crecimiento del empleo formal y el incremento del PIB, partimos la anterior muestra en dos grupos de datos: una para el periodo de 1998 a 2009, y la otra para el periodo de 2010 a 2017. A continuación se presentan los hallazgos para cada periodo.

Para el periodo del año 1998 a 2009 el coeficiente de correlación se mantuvo alto y fue de 0.78, siendo que la tasa de crecimiento promedio trimestral de los asegurados fue de 2.4 por ciento y la del PIB de 2.0 por ciento. Esto significa que por cada punto porcentual en que crece el PIB, la tasa de crecimiento de los asegurados es de 1.2 por ciento; o puesto al revés, significa que por cada punto porcentual en que crece el empleo formal, la tasa de crecimiento del PIB aumenta en 0.83 por ciento.

Ahora, en cuanto al segundo grupo de datos, lo más sorprendente fue el haber encontrado que el coeficiente de correlación para el periodo de 2010 a 2017 fue de apenas 0.35, lo que indica que prácticamente no hay relación entre las dos variables porque cada una se mueve por su cuenta.

Esto se dio con una tasa de crecimiento trimestral promedio de los asegurados de 4.0 por ciento y del PIB de 3.1 por ciento. Si hubiese causalidad entre el crecimiento del empleo y el del PIB, esto significa que por cada punto porcentual que crece el PIB, la tasa de crecimiento de los asegurados es de 1.29 por ciento; o puesto en sentido inverso, significa que por cada punto porcentual en que crece el empleo formal, la tasa del PIB crece en 0.78 por ciento.

El coeficiente de correlación tan bajo entre las dos variables para el periodo de 2010 al 2017 puede deberse a muchos factores. De entrada tenemos que queda claro que la expansión del PIB no se traduce en aumento en el número de trabajadores, sino que hay otros factores que explican que la tasa de crecimiento de los trabajadores sea mayor a la tasa de incremento del PIB; y entre éstas tenemos el hecho de que una parte importante de los 'nuevos' empleos registrados en el IMSS en dicho periodo realmente no son nuevos empleos, sino regularización de puestos de trabajo ya existentes.

Este hallazgo también es indicativo de que la creación de empleos poco contribuye a la expansión del PIB; o puesto de otra forma, que muchos de los 'nuevos' empleos tienen bajas remuneraciones, de manera que la creación de empleos no aporta de manera sustancial al incremento de la producción.

Puesto de otra forma, esto significa que si bien se están generando muchos empleos, éstos no requieren de un alto grado de especialización, y por lo tanto el valor agregado que están aportando a la economía de México es muy bajo, tal vez porque la enorme mayoría de éstos se crea en el sector terciario de la economía (comercio y servicios) y no en la industria.

Cabe señalar que los resultados encontrados por GAEAP van en línea con lo que recientemente señala el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN), que en un informe menciona que "Si bien el empleo ha crecido 3.8 por ciento en promedio en los primeros cuatro años de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, esa cifra muestra que la generación de empleos ha agregado poco valor a la economía de México, tomando en cuenta que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se acerca a 2.0 por ciento promediado en dos décadas".

A manera de conclusión podemos señalar que es necesario cambiar el objetivo de crear empleos sólo por crearlos, por uno en el que se busque que los nuevos empleos sean generadores de alto valor agregado. Para ello se deben dar fuertes incentivos para que las empresas inviertan en la adquisición de maquinaria y equipo, que les permita elevar su productividad.

De igual forma, se hace indispensable dar incentivos fiscales para la capacitación y adiestramiento de los trabajadores, de manera que éstos cuenten con mayores herramientas para realizar sus funciones de manera eficiente.

Por otra parte, es necesario insistir en la necesidad de que el IMSS informe en sus estadísticas de trabajadores asegurados cuántos de los 'nuevos' empleos son verdaderamente nuevos puestos de trabajo y cuántos son simplemente empleos regularizados derivados de sus actividades continuas de fiscalización en las empresas en las que verifican que todos los trabajadores estén dados de alta en el IMSS y que estén con su verdadero salario.

Las cifras agregadas de empleo van muy bien, pero vemos que al analizarlas a detalle y calcular su contribución a la riqueza nacional, éstas están aún muy lejos de ser indicativas de la fortaleza del mercado interno.

Finalmente, si alguno de mis lectores está interesado en obtener el estudio completo de GAEAP sobre este tema, favor de contactarme.

* El autor es director general GAEAP.

Twitter: @alejandrogomezt

Correo: alejandro@gaeap.com

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