¿Tienes un buen negocio? Haz que perdure

Aproximadamente 70 por ciento de los negocios familiares mueren al pasar a la segunda generación. Tal vez la razón para haber emprendido fuera la pasión por una idea, el espíritu de aventura o como consecuencia de un ajuste laboral, pero el hecho es que se posee un patrimonio y sería bueno conservarlo.

¿Cómo darle mayor posibilidad de perdurar a través del tiempo? Te presento algunos elementos que pueden ser útiles.

1.- Aún cuando parezca muy sofisticado, introducir el concepto de gobierno corporativo le da orden y congruencia a la organización. Implica instaurar un consejo de administración con miembros independientes o formalizar un consejo asesor que permita retroalimentar en temas como la planeación estratégica.

2.- Contagia a la familia de tu pasión. Ver la empresa como un lazo de unión y de intereses en común, en lugar de una fuente de discusión y resentimiento.

3.- Evita forzar a tus hijos a trabajar contigo. Recuerda que existen muchas maneras de involucrarlos sin tener que estar directamente en la gestión.

Podrían ser accionistas, participar en el consejo o emprender un negocio ligado al tuyo.

4.- Formar un consejo familiar con sesiones de al menos cuatro veces al año y que de ahí emane un protocolo de cómo los miembros se vincularán con la compañía. Poner las reglas antes de requerirlas es valioso, porque resuelve conflictos posteriores.

5.- No extiendas el control más allá de lo prudente. Si tus hijos ya están preparados, tienen experiencia, conocimiento e involucramiento, es importante que empiecen a tomar decisiones gerenciales. Cuando te retires llevarán las riendas y se convertirán en líderes que potenciarán el patrimonio.

6.- El principal activo del negocio es la misma familia. Su preparación y estabilidad emocional permiten una mayor contribución a la empresa.

Por eso debe encontrarse un balance adecuado entre los asuntos de la casa y del trabajo; hacer actividades de cohesión.

7.- La propiedad legal juega un papel relevante para que perdure, pues de nada sirve tener como sucesor a la persona indicada si la familia se opone a sus mandatos. Esto generaría un bloqueo permanente y la eventual salida del dirigente.

En ese contexto hay que saber manejar el sentimiento de culpa y dejar la propiedad a quienes en verdad tengan capacidad para trabajar en equipo y de forma coordinada; se puede compensar al resto con otro tipo de activos.

Se trata de mantener el patrimonio, dar la oportunidad a las siguientes generaciones de acrecentarlo y que continúe la transmisión a quienes vienen detrás.