Alberto Muñoz

La nueva guerra fría

Una de las peores pesadillas para EU sería el liderazgo operativo y funcional de China en inteligencia artificial, con todo lo que eso implica.

La Comisión Nacional de Seguridad en Inteligencia Artificial (IA) de Estados Unidos publicó hace poco las conclusiones de su investigación. En pocas palabras, los resultados resaltan la pobre percepción e importancia que los ciudadanos de ese país tiene sobre la IA, haciendo un incómodo y urgente llamado a impulsar la innovación en dicha materia pues consideran no estar listos para competir en la nueva era. Señalan de manera muy puntual la necesidad de reintegrar viejos y nuevos aliados en dicha lucha. La IA ha demostrado resultados inspiradores en diversas áreas para resolver diversos problemas e incluso se avizora su potencial para la obtención del poder político y ya no solo económico. Resaltan los avances en la tecnología bélica y la necesidad de mantener actualizada la defensa, incluso de sus aliados.

Los miembros de la comisión (bipartidista) no dejan de resaltar ciertas barreras que observan y viven por parte de su mismo gobierno. Imploran y quisieran un mayor dinamismo incluso para la promoción de la competencia tecnológica, en cuya ausencia se concretaría una de sus peores pesadillas: el liderazgo operativo y funcional de China en dicha materia, con todo lo que eso implica. Y se refieren claramente al riesgo que la democracia puede sentir del uso abusivo de las nuevas tecnologías.

Señalan cuatro áreas de oportunidad para lograr apuntalar su cometido y reducir el riesgo de salir perdedores en la competencia. El primero que resalta es sobre el mencionado conflicto en los liderazgos internacionales, el segundo está relacionado con la escasez de talento, el tercero con la enorme dependencia de hardware, y el cuarto y no menos importante, sobre la inversión en la citada innovación.

En sus conclusiones, celebran el trabajo bipartidista, lo que nos da una idea clara del nivel de división y las alertas que seguramente los asesores más influyentes lograron encender: podemos seguir peleándonos en las urnas, pero aquí adentro, en casa, debemos ponernos de acuerdo -pareciera ser la alerta- pues si algo tiene China, es una visión ciertamente integral, un mando único y un envidiable liderazgo.

Consideraciones difíciles de rebatir al momento de valorar la cohesión que se requiere para alinear una visión estratégica, sobre todo de alcance global. El asunto del talento de materia de IA no es menos inquietante para las grandes esferas académicas en la Unión Americana, donde es notable la formación de cuadros y presencia asiática en las aulas universitarias y ni qué decir de las cúpulas empresariales por migrantes de India y una evidente ausencia de personal latino, no se diga de origen Mexicano. Incluso en las mismas esferas de los liderazgos empresariales de las grandes empresas en México, difícilmente uno encuentra algo diferente al de un turista empresarial representando en México a esas grandes empresas.

Ciertamente el caso de Mónica Aspe al frente de ATT y de Juan Francisco Aguilar al frente de DELL son brillantes excepciones. Con respecto al hardware las cosas se han agravado aún más, sobre todo como consecuencia de la reestructuración de las cadenas logísticas, la enorme dependencia de los componentes básicos de todo sistema computacional. Ya sea para la nube, telefonía móvil o Iot (edge computing) se pone en evidencia el riesgo del correcto desempeño de cualquier proyecto de vanguardia. Y tampoco las Pymes nos salvamos: en una de mis empresas -Andromie Robotics- nuestros planes de expansión a Canadá ya nos han puesto restricciones a la inversión sino eliminamos componentes procedentes de China.

La guerra fría en el ámbito de la inteligencia artificial ha comenzado, y esta vez todos estamos involucrados.

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