New York Times Syndicate

Varsani, una ciudad sagrada y sucia, que refleja los males de India

A orillas del Ganges, la ciudad sagrada de Varsani muestra deterioro y suciedad; el nuevo primer ministro, Narendra Modi, se ha propuesto rescatarla y convertirla en patrimonio de la humanidad.

VARANASI, India – La gran pregunta en la mente de muchos aquí es: ¿Cuánto tiempo más durará la electricidad?

Desde que Narendra Modi fue elegido primer ministro en mayo, los residentes en esta ciudad desolada a orillas del Ganges, al menos aquellos con cableado, han tenido electricidad casi constante, comparado con las fallas que totalizaban de ocho a 10 horas diarias en el pasado.

En las últimas semanas, Ahsan Khan, un exportador de alfombras y dueño de una concesionaria de auto, había dependido menos de sus generadores de respaldo. "Eso representa grandes ahorros para mí y para cualquiera que haga negocios aquí", dijo.


Modi ha prometido abordar la legión de problemas de Varanasi y convertir a esta ciudad hindú, la más sagrada y una de las más sucias del país, en un escaparate de la cultura india. Junto con la mejoría en el suministro de electricidad, ha prometido nuevas vialidades para aliviar el congestionamiento, áreas suburbanas para reducir el hacinamiento de los más de un millón de residentes y apoyo para las industrias del tejido y el turismo, que son los pilares de la economía local.

Muchos están viendo a Varanasi como un caso de estudio sobre lo que el primer ministro espera lograr en vastas extensiones de India que nunca vivieron un auge como Mumbai y Bangalore y ahora están sufriendo incluso más conforme la economía del país se ha desacelerado.

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Pero los desafíos son grandes, incluso en solo una ciudad. Las calles de Varanasi están llenas de baches y parches desgastados por el agua; pilas de escombros de construcción salpicados de basura son el deleite de cerdos y perros. En muchos lugares, las aguas negras fluyen en zanjas superficiales que se inundan en la temporada de monzones, derramando sus contenidos a las calles. Las escaleras hacia el río la línea de más de 80 escalones de piedra que conducen al Ganges están sucias y llenas de buhoneros, hombres sagrados y artistas de la estafa.

"Hay una desesperanza que se ha apoderado de la gente, pero eso está cambiando con la elección del primer ministro", dijo Raj Kumar Agrawal, un asesor del alcalde de Varanasi, Ramgopal Mohley. "La gente está entusiasmada por primera vez en mucho tiempo".


Los primeros signos del compromiso de Modi con Varanasi son en gran medida cosméticos, como una electricidad más constante y estaciones ferroviarias más limpias. En julio, el Ministerio del Ferrocarril prometió aproximadamente 2, mil millones de rupias (33 millones de dólares) para remodelar la estación principal de Varanasi.

Modi asignó 20 mil 400 millones de rupias a limpiar el Ganges, lo cual se espera ayude a Varanasi. La ciudad también debería beneficiarse de otros objetivos presupuestarios, incluidos mil millones de rupias destinadas a reparar las escalinata históricas, 2 mil millones de rupias para apoyar a la manufactura de textiles artesanales y un paquete de 5 mil millones de rupias destinado a mejorar el llamado circuito turístico que comprende a Sarnath, Varanasi y Gaya, ciudades sagradas para los hindúes y los budistas.

Quizá incluso más importante, sin embargo, fue la noticia de que Modi abrirá una sucursal de su oficina aquí.

"Estos son anuncios importantes para la ciudad de Varanasi", dijo Ashok Kapoor, un exportador de alfombras que no votó por Modi, aunque su esposa sí. "Una vez que se establezca una oficina de Modi aquí, todos estos proyectos verán la luz del día".

Kapoor dijo que la oficina daría al primer ministro una línea directa con sus electores y permitiría a sus subalternos transmitir la retroalimentación y asegurarse de que se cumplan las promesas.

Todos estos planes están dirigidos a restablecer la preeminencia se Varanasi como un destino para las peregrinaciones religiosas y para los turistas que buscan dar un vistazo a su gloria de principios del siglo pasado, cuando el reverendo Charles Phillips Cape la describió como "el Oxford y la Meca del hinduismo".

"Si quiero llevar a mis clientes a un restaurante agradable, no puedo llevarlos cerca del río", dijo Ashok Gupta, dueño de Banaras Beads, que produce cuentas y bisutería. "Es imposible llegar ahí y está demasiado sucio".

Sus prioridades para la ciudad son la limpieza y una mejor infraestructura para el agua y el saneamiento. Le encantaría ver que surgieran hoteles elegantes a orillas del Ganges, reemplazando a los hoteles baratos frecuentados por los mochileros que ocupan esas caras propiedades.

Su lista de deseos también incluye el mejoramiento de las vialidades, la ciudad tiene sólo tres avenidas principales y los camiones de carga tienen prohibido entrar en Varanasi durante el día.
"Esto significa que tenemos que pagar más para recibir materias primas, como las varillas de cristal que usamos para hacer cuentas", dijo Gupta.

El primer ministro favorece un periférico que permitiría que los camiones de reparto y otros vehículos eviten el centro de la ciudad y lleguen más directamente a sus destinos. "Un periférico es obligatorio", dijo Mohley, el alcalde.

Mohley, quien fue invitado a Nueva Delhi para reunirse con Modi y su equipo poco después de la elección, ha intensificado sus esfuerzos para acelerar los proyectos de mejoramiento. Periódicos locales se han complacido por los recorridos del alcalde por la ciudad para identificar edificios y estructuras temporales que invaden las calles ya estrechas.

"Siento que algo puede suceder ahora, a diferencia de antes", dijo el alcalde.

La ciudad ya ha declarado algunas calles de un solo sentido, aunque la aplicación es relajada e ineficaz cuando se trata de las muchas vacas que vagan por la ciudad. Mohley sueña con estacionamientos multinivel y zonas solo para peatones.

También ha acelerado la instalación de tuberías de drenaje destinadas a remplazas las zanjas abiertas superficiales que sirven como alcantarillas en muchas partes de la ciudad, por el momento, sin embargo, no hay una instalación de tratamiento que conecte a las tuberías. La ciudad puede tratar solo un tercio de los 350 millones de litros de aguas negras que produce cada día, dijo Mohley.

Un proyecto para construir una nueva planta de tratamiento de aguas negras que fue financiado hace más de una década sigue estancado, ya que el gobierno estatal aún no ha encontrado un sitio. Es un recordatorio, dijo Mohley, de que el gobierno central puede hacer todas las promesas que quiera pero si el gobierno del estado se niega a llevarlas a cabo, nada sucederá.

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Sin embargo, el primer ministro ha hecho de la limpieza del Ganges una prioridad, lo cual no puede suceder sin que se aborden los problemas de drenaje de Varanasi. Sudhir Krishna, un hombre de confianza de Modi, inspeccionó recientemente las actuales instalaciones de tratamiento de aguas negras de Varanasi y la planta de tratamiento de desechos sólidos.


Otros planes incluyen el desarrollo de las llamadas ciudades satélite, esencialmente suburbios, como los que rodean a Nueva Delhi, para reducir el tráfico en el centro de la ciudad. Se han planeado instituciones para desarrollar el tejido tradicional y para capacitar a empleados de servicios de hospitalidad.

El primer ministro ha dicho que quiere ver a Varanasi convertirse en ciudad Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Con ese fin, ya ha comprometido 180 millones de rupias a la limpieza y apuntalamiento de las escalinatas y la construcción de muelles para una mejor organización de los botes que transportan turistas por el río.

"La gente del Patrimonio de la Humanidad ha estado aquí varias veces, y cada vez se van diciendo que no hay la infraestructura necesaria para apoyar al tipo de turismo que necesita un sitio Patrimonio de la Humanidad", dijo Raghvendra Upadhyay, quien es dueño de un negocio que ofrece recorridos por Varanasi, Groovy Tours, que atiende a visitantes extranjeros.

Upadhyay es un joven harto, pero él, también, está contagiado de la esperanza de Modi. "Quiero creer en él", dijo.

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