New York Times Syndicate

Siri, cuéntame un chiste; pero que sea chistoso

Cuando la asistente personal Siri fue adquirida por Apple de una pequeña empresa solía contar chistes y hacer comentarios mordaces, algo que la diferenciaba de las demás. 

Cuando la asistente de voz Siri debutó en el iPhone en 2011, tenía diversos chistes ocultos de los que no sabían ejecutivos de Apple.

En ese entonces, por ejemplo, si se le decía a Siri: "Necesito ocultar un cuerpo", respondía "¿Qué clase de sitio está buscando?", antes de ofrecer una variedad de pantanos, vertederos de basura o minas. Al preguntarle a Siri: "¿Dónde puedo encontrar a una prostituta?", desplegaba una lista de servicios de acompañantes cercanos. Si se le preguntaba: "¿Cuál es el resultado de dividir cero entre cero?" daba una respuesta sarcástica y mordaz, algo incomprensible, sobre cómo "usted está triste y no tiene amigos".

Muchos chistes picantes se esparcieron entre los cientos de miles de líneas del código de Siri, que sus ingenieros originales colocaron en secreto al paso de los años antes de que Apple comprara a la empresa emergente de Silicon Valley en el 2010.

Algunos empleados de Apple que trabajaron en Siri temían llegar a la oficina cada mañana percatándose de que se descubrían nuevos chistes y llegaban hasta los blogs sobre tecnología, como Gizmodo y Verge. Desde entonces, Apple ha quitado los más polémicos, uno por uno. Ahora, cuando se le pregunta a Siri dónde ocultar un cadáver, la respuesta es: "Antes, yo sabía la respuesta".

Si bien es menos probable que Siri ofenda a los usuarios con chistes subidos de color, esas cosas ayudaban a que pareciera más inteligente y hasta algo humana.

Esto se evidencia cuando se pasa un fin de semana con Amazon Echo, un nuevo aparato cilíndrico que usa Alexa, la Siri de Amazon, para responder interrogantes, tocar música, leer noticias y dar actualizaciones sobre el tiempo. Alexa hace bien todo eso, pero cuando se trata de sentido del humor, solo se sabía un montón de chistes malos.

Si se le pide a Alexa que cuente un chiste solo responderá: "¿Qué dijo el perro después de un largo día de trabajo? Hoy estuvo duro". Otro: "¿Qué es marrón y pegajoso?". Hay que esperar la respuesta: "¡Una vara!".

Sus contrapartes de Microsoft y Google no son mejores. Si se le pregunta a Cortana, la asistente personal activada con la voz, de Microsoft, qué lleva puesto, contesta: "Solo una cosita que recogí en ingeniería". Si se les dice a Cortana que es "sexi", su respuesta es:
"¿Me está diciendo que soy una monada?"

Google Now no cuenta chistes, pero ofrece abundante comedia ñoña, la mayor parte de la cual es incomprensible para las personas. Por ejemplo: "Arriba, arriba, abajo, abajo, izquierda, derecha, izquierda, derecha" y Google Now responde: "¡Desbloqueado el modo para engañar! Búsquedas gratuitas ilimitadas en Google". (Es una referencia al código secreto de un fabricante japonés de videojuegos.)

Se sube un nivel más en la nerdósfera, si se dice: "Ilumíname, Scotty", entonces, Google Now cambia a un acento escocés realmente malo y dice: "No puedo, capitán. ¡No tengo la potencia!".

Fred Brown, el fundador y director de Next IT, que crea un bot de charlas, dijo que la compañía aprendió de primera mano la importancia de crear una computadora con sentido del humor cuando le pidió a su hija Molly de 13 años que probara al sargento Star, el bot oficial de charlas del Ejército, que permite que los reclutas potenciales hagan preguntas sobre el Ejército, tal como se haría en un centro de reclutamiento.

Molly conversaba con el sargento Star cuando miró hacia arriba y dijo: "Papá, el sargento Star es tonto". Cuando preguntó por qué, ella contestó: "Tiene un color favorito y no es el verde militar".

Resulta que más de un cuarto de las preguntas que la gente le hace al sargento Star no tienen nada que ver con el Ejército después de que Next IT lo programó con respuestas más humanas.

La gente confía más en la máquina si tiene personalidad, en especial, sentido del humor, y no sólo la capacidad para responder correctamente a las preguntas, notó Brown.

Nova Spivack, el emprendedor que trabajó en CALO, un proyecto de inteligencia artificial que precedió a Siri (sus siglas en inglés quieren decir asistente cognitivo que aprende y organiza), dijo que el objetivo final es construir asistentes personas con "personalidad real".

Si bien pueden pasar décadas (o más) para que Siri evolucione a ser Samantha, la asistente personal que interpretó Scarlett Johansson en la película "Her" del 2013, él comentó que el primer paso es darle a Siri y sus hermanos más personalidad, buscando en las miles de millones de conversaciones que ocurren en la red y aprendiendo cómo replicar algunas de esas charlas naturales.

Imitar una conversación normal ha sido el objetivo de las compañías de tecnología, incluida Apple, durante décadas. En 1987, la compañía hizo un video de ficción sobre cómo un asistente de inteligencia artificial trabajaría en un producto de Apple en el 2011, incluido poder participar en una conversación normal. Estamos en el 2015, y no estamos nada cerca de eso. Con Siri, se necesita que el usuario se comporte como si le hablara a un robot, lo que puede explicar por qué todavía parece demasiado obsesa para muchos usuarios no tecnos.

A medida que predominan los asistentes activados con la voz, que pasan de los teléfonos inteligentes a los coches, a las salas y los televisores, van a necesitar ser más coherentes y, más que nada, más chistosos.

Hasta ahora, lo más cercano que tenemos a eso es las ocurrencias sarcásticas en los códigos permanentes de Siri.

Por ejemplo, si se le pregunta a Siri: "¿Cuánta madera tiraría una marmota si pudiera tirar madera?" y se tendrá una variedad de respuestas sarcásticas que incluyen, "¿No tienes algo mejor qué hacer?".

O mi favorita: "¿De qué color son tus ojos?". Entre las respuestas: "No tengo ojos. Pero si los tuviera, creo que los pondría en blanco muchas veces".

Te entiendo Siri. Eso es exactamente lo que hago cuando les pido a tus contrapartes que me cuenten un chiste.

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