New York Times Syndicate

Deshielo EU-Cuba inquieta a disidentes

Para los disidentes en Cuba, Estados Unidos era un predecible aliado y defensor de aquellos que se atrevieron a protestar abiertamente en contra del gobierno cubano; hoy, ya no tienen esa certeza.

LA HABANA - Sentada en el espartano apartamento de su hermano, cerca un titilante árbol navideño de plástico, Sonia Garró estaba saboreando su nueva libertad, cambiando gustosamente su atuendo carcelario por un vestido púrpura y sandalias con brillantes moños de plástico sobre los dedos.

Garró, integrante del grupo de disidentes cubanos conocido como las Damas de Blanco, acababa de pasar, con base en su cuenta, dos años, nueve meses y 20 días tras las rejas. Su sorpresiva liberación, dijo un oficial estadounidense de alto rango, llegó como parte de las negociaciones secretas que condujeron al histórico acuerdo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

Pero, si bien Garró reveló una sonrisa de comercial de dentífrico, emocionada de estar pasando la Navidad con su hija de 18 años de edad y otros parientes, abrigaba serias reservas con respecto al trato. Al igual que muchos disidentes, ella se mostró intranquila con el repentino reacercamiento entre Washington y La Habana, incluyendo la suavización del añejo embargo económico en contra de Cuba.

"No se debería levantar las sanciones a un país que viola los derechos humanos de su pueblo", dijo Garro. "Aquí no hay libertad de expresión, no hay libertad de nada. Esto les dará más amplitud para seguir operando con la misma impunidad que ellos siempre han operado".

Han existido certezas en la vida de un disidente en Cuba desde hace largo tiempo atrás: las marchas semanales de las Damas de Blanco en Cuba; las horas, días, y años pasados tras las rejas; las multitudes de partidarios del gobierno y agentes del estado a las puertas de activistas, lanzando huevos, insultos o golpes.

Además, hasta la semana pasada, dicen muchos disidentes, estaba Estados Unidos, predecible aliado y defensor de aquellos que se atrevieron a protestar abiertamente en contra del gobierno cubano.
Ahora, dicen algunos, el Presidente Barack Obama le ha puesto final a esa certeza.

"Él traicionó a aquellos de nosotros que estamos luchando en contra del gobierno cubano", dijo Ángel Moya, ex prisionero político cuya esposa, Berta Soler, encabeza a las Damas de Blanco, sobre la decisión de Obama de empezar a normalizar relaciones diplomáticas con Cuba. "Habrá más represión, solo que esta vez con la bendición de Estados Unidos".

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A medida que Estados Unidos y Cuba entran a un periodo de diálogo sin precedente, muchos disidentes que se han parado hombro con hombro con oficiales estadounidenses para condenar a los hermanos Castro arguyen que Obama cedió demasiado y recibió muy poco a cambio.

Como parte del trato con Estados Unidos, el gobierno cubano liberó a Alan P. Gross, contratista del gobierno estadounidense encarcelado en la isla, y accedió a liberar 53 prisioneros de los cuales Washington informó que estaban detenidos por razones políticas.

El nombre de Garró estaba en esa lista, dijo el oficial estadounidense de alto rango, y fue liberada el 9 de diciembre con otras dos prisioneras más de una semana antes de que el trato fuera anunciado oficialmente.

Muchos disidentes argumentan que Estados Unidos renunció a su influencia sin extraer amplios cambios políticos, y se preguntan si oficiales estadounidenses seguirán presionando con tanta fuerza por la reforma ahora que se ha cerrado un trato.

Sin embargo, expertos dicen que los disidentes también temen a algo más: que en una era de negociación, disidentes que rechacen el diálogo terminarán siendo irrelevantes.

"Los miembros de línea dura tendrán ya sea que alcanzar puntos medios, o perecer", dijo Richard Feinberg, destacado integrante de la Brookings Institution. Obama acabó con la postura de nada de compromisos "de un plumazo", dijo, agregando: "Obama tuvo una conversación con Raúl Castro. Entonces, ¿por qué ellos no pueden hacerlo?"

Grupos de la oposición cubana han sido propensos a rivalidades y no han logrado ganar muchos seguidores en el cubano común, destacan expertos y otros detractores del gobierno.

En el ínterin, ha surgido una nueva ola de activistas y detractores - en y fuera de la isla - que ya no se rige por una simple polaridad: pro y anti revolución.

Ellos son blogueros, artistas, raperos, escritores y economistas de todas edades, muchos de ellos expertos en Internet. Incluso algunos que profesan lealtad a la revolución escriben comentarios mordaces sobre los defectos del sistema. Muchos de ellos creen que el final de las hostilidades permitirá más debate y traerá más oportunidades que, con el tiempo, pudieran conducir a la democracia.

"La sociedad civil en Cuba es un grupo entero de actores que tiene papeles sociales y culturales y diferentes visiones políticas", dijo Roberto Veiga, el director de Cuba Posible, organización que promueve el dialogo político. "El anuncio de la semana pasada fue un gran gesto de détente, y los cubanos tenemos que tener el mismo gesto entre nosotros".

Impaciente por indicar que el détente no significaba quitarle presión al gobierno de Castro, Obama dijo la semana pasada: "Comparto las inquietudes de disidentes allá y activistas por los derechos humanos en el sentido que este sigue siendo un régimen que reprime a su pueblo".
"No anticipo cambios de la noche a la mañana", agregó.

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Tampoco los disidentes. Elizardo Sánchez, director de la Comisión Cubana para Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, grupo que sigue los derechos humanos en Cuba, dijo que el sistema de represion política era demasiado extenso -y el gobierno estaba demasiado atrincherado - para que el relajamiento del embargo garantice un cambio.

Él y otros detractores arguyeron que la policía había detenido a docenas de activistas durante horas el 10 de diciembre, tan solo días antes de que el gobierno anunciara la nueva relación con Estados Unidos.

El relajamiento del embargo pudiera ayudar a más cubanos a ver que "la primera causa de pobreza y falta de libertad no es el embargo, es el gobierno totalitario de Cuba", dijo Sánchez. De cualquier forma, dijo, él abriga "profundo escepticismo".

Antonio Rodiles, cuyo proyecto, Estado de Sats, es anfitrión de debate políticos y los pública en Internet, dijo que el gobierno estadounidense había errado el cálculo.

"Esto es un cheque en blanco para los Castro y sus herederos en el poder", dijo.

Castro, en un discurso ante la Asamblea Nacional la semana pasada, reconoció las profundas diferencias de ambos países en torno a "soberanía nacional, democracia y derechos humanos".

"Reafirmo nuestro voluntad para discutir cada aspecto de estos temas", dijo.

Sin embargo, otros activistas notaron que Estados Unidos había complicado movimientos por la democracia en Cuba en años recientes, incluso socavando a veces su legitimidad, al ir en pos de una agenda contraria a Castro. Algunos disidentes se han irritado por los rumores, en tanto cierta evidencia - en el sentido que reciben dinero del gobierno estadounidense o de exiliados cubanos - ofrece un pretexto para represiones por parte del gobierno cubano.

Regina Coyula, bloguera que trabajó durante 20 años en seguridad de estado, dijo que, si bien disidentes como las Damas de Blanco fueron valientes, un país en transición necesitaba una oposición más variada con una visión más desarrollada de cómo forjará el país un nuevo futuro.

Para comenzar un verdadero debate nacional, dijeron activistas, necesitan encontrar formas de elevar su perfil entre los cubanos comunes y reflejar las inquietudes cotidianas del pueblo, más allá del tema de la libertad de expresión. Ellos han hecho llamados al gobierno para que legalice las asociaciones independientes, lo cual creen que facilitaría la conexión con grupos fuera de la isla e involucraría a la población general.

No es fácil correr la voz en una isla donde pocos tienen acceso a Internet y no hay televisión o medios informativos impresos de tipo independiente. Yoani Sánchez, la bloguera cubana más ampliamente leída, tiene millones de seguidores por todo el mundo, pero muchos cubanos nunca han leído una sola palabra que ella haya escrito.

Los expertos dudaban que surgiera un movimiento popular en Cuba en el futuro cercano, si surgía. Aislados de Internet y viviendo en un sistema en el que la mayoría de la gente depende del gobierno para tener un empleo, los cubanos han desarrollado una apatía que será difícil alterar, notaron.

Feinberg pronosticó que el cambio hacia la libertad política vendría de las filas del Partido Comunista, como lo hizo en Rusia.

Estados Unidos "debería presionar por un diálogo constructivo entre miembros de la sociedad civil y personas de mentalidad reformista dentro del gobierno".

Sin embargo, hay quienes dudan que grupos como las Damas de Blanco, muchos de cuyos miembros afirman que el gobierno es ilegítimo y no debería ser reconocido, se sentarían a mesa de negociaciones.

Lázaro López, de 50 años de edad, ex prisionero político que se paró en solidaridad con las mujeres el domingo pasado, mientras ellas terminaban su marcha en un parque sombreado por grandes higueras de Bengala, dijo que el movimiento aún era, y siempre es, "sobre protesta".

"Nosotros solo queremos libertad", agregó. "Queremos lo que es justo".

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