New York Times Syndicate

¿Pueden los relojes ser inteligentes y elegantes?

Ante la novedad de lo relojes inteligentes, expertos en el tema ponen en la balanza las ventajas y desventajas que puede llegar tener lo último en tecnología contra las piezas de arte o colección que han prevalecido a lo largo de la historia. Coinciden en algo: el reloj sirve para algo más que para dar la hora. 

Durante la mayor parte del siglo pasado, el reloj de pulsera sirvió a un propósito poco ambiguo: decir la hora a quien lo portaba. La era de los teléfonos móviles y el surgimiento de sus descendientes inteligentes amenazaron a ese status quo; por no mencionar a la propia industria relojera. Muchos relojeros se reinventaron como proveedores de moda, lujo y, en los ámbitos más refinados, arte.

Para los mejores entre ellos, fue una estrategia lucrativa. De 2000 a 2013, las exportaciones de relojes suizos se cuadruplicaron en valor, a 24 mil millones de dólares, respecto de unos 6 mil 100 millones de dólares.

Ahora, con el lanzamiento del Apple Watch y las legiones de competidores de relojes inteligentes, los relojes de pulso son un tema de un nuevo debate: ¿El reloj de pulso es una pieza de joyería funcional que transmite el gusto y estatus de quien lo porta, y – con modelos coleccionables de fabricantes respetados como Patek Philippe – un vehículo de inversión? ¿O es un instrumento que da seguimiento a la información de acondicionamiento físico personal, corre aplicaciones de terceras partes y paga la cuenta de la cena?

Los amantes de los relojes están divididos, e irritados.

"La hostilidad que muchos tienen hacia el Apple Watch proviene del hecho de que, tarde o temprano, van a tener que tomar una decisión", dijo Ariel Adams, autor de "The World's Most Expensive Watches" (Los relojes más caros del mundo) y fundador de aBlogtoWatch. "¿En qué momento tendré que quitarme el reloj que me encanta para usar el reloj que necesito?"

Quizá no tengan que tomar una decisión. Considere la opción de Apple para los consumidores interesados en más que la funcionalidad.

Durante la reciente Semana de la Moda de París, en una exhibición de un día en el minorista que establece tendencias Colette, los diseñadores de Apple Jony Ive y Marc Newson se mezclaron con árbitros del estilo como Anna Wintour y Karl Lagerfeld. Que el Apple Watch engalane la portada del ejemplar de noviembre de Vogue China es un signo de que el dispositivo para la muñeca probablemente no sufrirá el mismo destino que las gafas Google Glass, que han sido llamadas espeluznantes y poco elegantes.

Lo más convincente de todo: Apple está produciendo su reloj -disponible en tres colecciones, cada una en dos tamaños, 38 y 42 milímetro – en un elegante modelo de oro de 18 quilates conocido como la Apple Watch Edition que se espera se venda al menudeo en miles de dólares. Ese es un metal, y un precio, que los relojes inteligentes populares como Pebble y Galaxy Gear de Samsung no se han atrevido a usar.

"Aquí es donde entramos en aguas inexploradas", dijo Horace Dediu, un analista de la industria móvil en Asymco. "Si se hubieran detenido en un dispositivos de aluminio o plástico para tu muñeca por 200 dólares, eso habría sido entendible. Pero están entrando en un nuevo presupuesto de gasto. Están analizando la manera en que la gente gasta el dinero".

Otros fabricantes también ven una oportunidad para los relojes de pulsera que son inteligentes en el sentido de conexión y elegantes a la vista. A principios de noviembre, por ejemplo, el minorista en internet Gilt.com dará a conocer el Michael Bastian Smartwatch, resultado de una colaboración entre el diseñador de ropa para hombre y Hewlett-Packard. Descrito como un "reloj para caballeros", el modelo de acero inoxidable de 44 milímetros toma su estética de los paneles de instrumentos y los detalles de los autos de lujo. Compatible con dispositivos Android e iOS, permite a quien lo usa verificar el mercado accionario y las actualizaciones deportivas, leer mensajes de texto y recibir recordatorios de agenda.

"Hice un repaso de relojes inteligentes, y todo lo que veía parecía pedazo de plástico", dijo Bastian. "Fuimos inflexibles en que necesitaba tener una carátula redonda, para que una persona que nunca ha usado un reloj inteligente vea algo conocido: una carátula redonda con dos manecillas que se mueven alrededor".

Como los miembros de la Generación Y están gastando 2.5 billones de dólares mundialmente, es el momento adecuado para reconsiderar la definición de lujo, dijo Jamie Gutfreund, directora de mercadotecnia de Noise/The Intelligence Group, una agencia de mercadotecnia enfocada en los jóvenes con sede en Nueva York. "El lujo gira en torno de lo fresco, la novedad y ser el primero en el mercado", dijo. "Gira más en torno al acceso".

Piers Fawkes, editor en jefe del sitio web de detección de tendencias PSFK con sede en Nueva York, dijo: "La gente tomará una decisión: ¿Cómo quiero que me vean? ¿Alguien con buen gusto y también con dinero? ¿O como alguien que es elegante y está conectado con el mundo? Siento que para la generación más joven, el Apple Watch es mucho más interesante y un mayor símbolo de status que un reloj antiguo hoy".

Fawkes dijo que pretendía comprar un Apple Watch "en cuanto salga", pese a sentimientos encontrados sobre desprenderse de su reloj análogo de fabricación suiza.

"Probablemente me quitaré mi Breitling", dijo. "Pero hay un valor sentimental detrás del mismo. ¿Quizá sea algo que use en ocasiones especiales?"

La noticia en octubre de que el rapero Will.i.am se había unido a 7Digital, para comercializar un nuevo dispositivo similar a un reloj llamado Puls podría ser un signo de que el sector de los relojes inteligentes –que ya rebosa de marcas– se encamina a un crecimiento explosivo.

"Pienso que dentro de 10 años veremos cientos de marcas vendiendo relojes inteligentes, y la mayoría tomará la tecnología de otros", dijo Bill Geiser, quien desarrolló el negocio de relojes tecnológicos de Fossil antes de cofundar Meta Watch. El modelo Meta M1 de la marca de relojes inteligentes basada en Dallas, que fue diseñado por el experto en teléfonos móviles Frank Nuovo, está disponible en línea, y llegará a las tiendas este otoño.

Incluso Jean-Claude Biver, director de la división de relojes de LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton, dijo que promovería un reloj inteligente suizo de lujo para la marca TAG Heuer de su grupo; con una condición: "Deben ser diferentes y únicos; si no pueden serlo, deberían dejar el trabajo a Samsung o Apple".

La mayoría de los colegas de Biver en Suiza están optando por no participar en la conversación de los relojes inteligentes o insistiendo en que cualquier atención puesta en los relojes de pulso eventualmente será buena para la industria de los relojes mecánicos.

Pero la convicción dominante parece ser que los relojes de lujo aún satisfacen una necesidad radicalmente diferente que sus primos inteligentes: el deseo de destacar.

"Si 5 millones de personas tienen un Apple Watch, no dice nada sobre la persona", dijo Daryn Schnipper, director de la División de Relojes Internacionales de Sotheby's. "Ni siquiera es el mismo tema, realmente".

Los defensores de la relojería suiza tradicional señalan que aunque la tecnología análoga quizá sea centenaria, su funcionalidad perdurable es precisamente la razón por la cual los relojes mecánicos prevalecerán sobre los dispositivos propensos a la obsolescencia, como el Apple Watch.

"La tecnología despierta todo el asombro y tiene las funciones más extraordinarias", dijo Biver. "Pero no posee la eternidad".

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