New York Times Syndicate

Por qué la cirugía bariátrica funciona cuando las dietas fracasan

Estudios que siguieron a pacientes que se practicaron la cirugía de obesidad mostraron que estas personas se encuentran mejor en lo físico, emocional y social en comparación con los que optaron por hacer una dieta.

"La cirugía bariátrica probablemente sea la intervención más efectiva que tenemos en la atención médica", asegura Laurie K. Twells, epidemióloga clínica de la Universidad Memorial de Terranova. Ella basa esta audaz afirmación en su experiencia con pacientes gravemente obesos y en un detallado análisis de los mejores estudios que se han hecho, que muestran que la cirugía para perder peso puede revertir los devastadores efectos en la salud y en la calidad de vida de la obesidad mórbida.

"No me he topado todavía con ningún paciente al que no se la recomendaría", comentó Twells en entrevista. "La mayoría dice que hubieran querido practicársela diez años antes." Explicó que la abrumadora mayoría de los pacientes que se someten a cirugía bariátrica han pasado muchos años tratando infructuosamente de perder peso y mantenerse así. Y la razón no es la falta de fuerza de voluntad.

"El peso que necesitaron dos años para perder generalmente regresa en dos meses", asegura, muchas veces porque un cuerpo acostumbrado por mucho tiempo a estar obeso se defiende contra la pérdida de peso reduciendo notablemente su ritmo metabólico, efecto que no se presenta con la cirugía bariátrica, que cambia de manera permanente el contorno del sistema digestivo.

Tras revisar estudios que siguieron a pacientes durante cinco hasta veinticinco años después de la cirugía de obesidad, Twells y sus colegas encontraron importantes y duraderos beneficios en la salud y la calidad de vida de los pacientes. En comparación con pacientes equivalentes que no se sometieron a cirugía, los que sí se operaron estaban mucho mejor en lo físico, lo emocional y lo social. Se consideraban más saludables y tenían menos probabilidades de reportar problemas de movilidad, dolor, actividades cotidianas y sentimientos de depresión y ansiedad, entre otros factores que pueden afectar al bienestar.

Pero también son importantes los innegables beneficios médicos de la pérdida de peso inducida quirúrgicamente. Entre otros, podemos señalar la normalización del azúcar en la sangre, la presión arterial y el nivel de lípidos sanguíneos, además de curar la apnea de sueño. Aunque la cirugía bariátrica no cura la diabetes tipo 2, casi siempre hace que la enfermedad entre en remisión y frena o impide los daños que causa al corazón y los vasos sanguíneos, que pueden causar la muerte.

Aun entre el pequeño porcentaje de pacientes que acabaron perdiendo poco peso después de la cirugía, hubo beneficios metabólicos significativos y duraderos, según los hallazgos de la Clínica Cleveland. En un estudio de 31 pacientes obesos y diabéticos que no habían perdido mucho sobrepeso de cinco a nueve años después de la cirugía, una "modesta" pérdida de peso de solo el 5 al 10 por ciento permitió una reducción de factores de riesgo cardiovasculares y anormalidades en el azúcar de la sangre, como reportaron el Dr. Stacy Brethauer y sus colegas.

En el caso de las dos técnicas quirúrgicas más empleadas –el desvío gástrico y la gastrectomía en manga–, "los beneficios metabólicos son independientes de la pérdida de peso", señaló Brethauer en entrevista. Las dos técnicas reducen de manera permanente el tamaño del estómago. Pero el procedimiento de banda gástrica, que es reversible, carece de esos beneficios a menos que los pacientes mantengan una significativa pérdida de peso, advirtió.

Aun más, como encontró un estudio llevado a cabo el año pasado entre dos mil 500 pacientes quirúrgicos en el Centro Médico de la Agencia de Veteranos en Durham, Carolina del Norte, los que se sometieron a cirugía bariátrica tuvieron un índice menor de mortalidad en general hasta catorce años después en comparación con quienes no se sometieron a la operación.

Los expertos consideran que la reticencia para cubrir la cirugía bariátrica de algunas aseguradoras, como Medicaid en algunos estados, revela una actitud de cuidar los centavos y derrochar los dólares. No atender la obesidad mórbida puede acabar costando mucho más que los 30 mil dólares que por lo general cuesta una cirugía bariátrica; en ocasiones millones de dólares más.

A pesar de la opinión popular de que la mayoría de quienes se tratan con cirugía recuperan el peso perdido inicialmente, las investigaciones más recientes de largo plazo han mostrado otra cosa. Se hizo un seguimiento durante diez años de mil 787 veteranos que se sometieron a desvío gástrico. De ellos, solo 3.4 por ciento habían regresado a un rango de 5 por ciento del peso anterior a la operación diez años después.

Este hallazgo es especialmente significativo pues los investigadores de la Agencia de Veteranos en Durham pudieron seguirle la pista a 82 por ciento de los pacientes de desvío gástrico, tarea que para la mayoría de las clínicas resulta demasiado problemática.

El estudio, llevado a cabo por Matthew L. Maciejewski y sus colegas, fue publicado en agosto del año pasado en Jama Surgery. Así se encontró que, diez años después, más de 70 por ciento de los pacientes habían perdido más de 20 por ciento de su peso inicial y un 40 por ciento, más del 30 por ciento. El desvío gástrico permitió una pérdida de peso mayor diez años después que la gastrectomía en manga, que es más reciente, y es significativamente más efectiva que la banda gástrica ajustable que, según señaló Maciejewski, "ha caído en desgracia en los últimos dos o tres años".

La cirugía bariátrica, sin importar la técnica empleada, es también mucho más segura ahora de lo que era hace diez años, señala por su parte Jon C. Gould, cirujano del Colegio Médico de Wisconsin en Milwaukee, que elaboró un comentario sobre el estudio de la agencia de Veteranos. Sin embargo, señaló que ese procedimiento está "enormemente subutilizado", en detrimento de la salud de los pacientes y del costo nacional de la atención médica.

Dada la bien documentada seguridad y efectividad de la cirugía bariátrica, cada vez más se practica en personas cuya obesidad es menos grave –aquellos con un índice de masa corporal de 35 o inferior– pero que tienen un trastorno metabólico, como la diabetes tipo 2, relacionado con su sobrepeso.

Gould recomienda a las personas interesadas en cirugía bariátrica que busquen programas que estén acreditados conjuntamente por el Colegio de Cirujanos de Estados Unidos y la Sociedad de Cirugía Metabólica y Bariátrica de Estados Unidos, cuya fuerza conjunta promueve el control de calidad.

Si bien los expertos coinciden en que es mejor que el dinero se gaste en prevención y no en tratamientos, Twells señala que "todavía no hemos encontrado la forma de prevenir la obesidad, y la gente cuya salud está en riesgo por su peso merece ser tratada con el método más efectivo que tenemos".

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