New York Times Syndicate

Motorhead, el iPad de las aspiradoras

En Inglaterra ya existe y se sigue trabajando sobre una aspiradora práctica, tecnológica y, sobre todo, sin cables. La firma Dyson es la encargada del proyecto.

Hace más de una década, Dyson, la compañía británica conocida por su línea de aspiradoras potentes y caras, empezó discretamente a trabajar en un ambicioso proyecto para desplazar a su propio mejor invento.

Las tradicionales aspiradoras Dyson han sido aclamadas de tiempo atrás por su capacidad para succionar el polvo. Sin embargo, James Dyson, el fundador de la compañía, y algunos de sus altos lugartenientes creyeron que las aspiradoras de la firma eran demasiado grandes y estorbosas, y las limitaba un molesto cordón eléctrico, enchufado en un tomacorriente en la pared.

"Nos preguntamos: '¿Por qué aspirar no podría ser más cómodo?'", comentó Rob Green, un ingeniero en Dyson que ha trabajado en la siguiente generación de proyectos de aspiradoras desde los primeros días. "¿Por qué tienes que sacar esta enorme máquina de un armario, desenredar el cable, conectarlo a la corriente eléctrica, asear una habitación, desenchufarla, ir a la siguiente habitación, enchufarla y así sucesivamente?".

Dyson ha gastado cientos de millones de dólares desde entonces, y ha contratado a varios cientos de personas para diseñar, construir y empezar a vender lo que espera se convertirá en la aspiradora común del mañana; un aparato ligero, inalámbrico, que funciona tan bien como una aspiradora vertical con cable.

Su modelo más nuevo de ese tipo, la DC59 Motorhead, es pequeña, pesa menos de 2.3 kilogramos y tiene un cuerpo delgado, color rosa eléctrico y morado, que se parece a un rifle láser de ciencia ficción, de una civilización alienígena obsesionada con la limpieza.

Es extremadamente maniobrable e incluye muchos aditamentos que permiten que se utilice en una diversidad de modos: como barredora vertical que se mueve por la alfombra y pisos de madera hasta una opción portátil, muy próxima, para los sillones y la mesa de café. Es potente, capaz de succionar todo, desde el prodigioso desorden que hacen mis hijos en la cena hasta horrores más intratables que embarran en los tapetes y las vestiduras de mi coche.

Sin embargo, aun más interesante que las máquinas mismas es cómo la compañía las creó. Dyson elevó un método de invención que a menudo pasa sin que se dé aviso en nuestros confusos tiempos de los programas informáticos: la innovación mecánica.

En lugar de la común aplicación de algoritmos y microprocesadores que hay en Silicon Valley, los avances de Dyson en las aspiradoras inalámbricas han sido posibles por su disposición a replantearse esos aparatos tan antigüitos que son los motores, engranes, ejes, imanes y otros componentes enterrados en máquinas físicas.

Según su propia admisión, la compañía todavía no hace realidad su visión de una aspiradora inalámbrica que remplace totalmente a una vertical. Y la DC59 no es perfecta. La pila solo le permite unos 24 minutos de limpieza entre cargas (y solo seis minutos en su modo "aumento" de más alta potencia). Debido a que recargarla se lleva de dos a tres horas, el aparato no es adecuado para limpiar toda una McMansión suburbana. Por ello, se sigue necesitando una vertical.

No obstante, lo que la máquina carece en longevidad, está más que compensado con su accesibilidad. Debido a que es pequeña y fácil de usar como escoba, es posible que usted la quiera usar varias veces al día, lo que es una frecuencia como de mil millones de veces más de lo que yo busco mi aspiradora anticuada.

De esta forma, la Dyson DC59 se parece más a un par de otros aparatos que usan pilas que no parecen tan potentes como una máquina de mayor tamaño, pero que, con todo, se han apoderado del mundo: los teléfonos inteligentes y las computadoras tipo tableta.

El teléfono no puede hacer tantas cosas como la computadora, pero, debido a que está allí mismo, en el bolsillo, y enciende rapidísimo, es posible que se utilice mucho más tiempo que la PC. La DC59 ofrece la misma maravillosa compensación en cuanto a limpieza, sin los dolores de cabeza de un aparato más grande. Es la iPad de las aspiradoras.

Desafortunadamente, la DC59 también tiene un precio del tipo de las iPads. En más de 500 dólares, cuesta considerablemente más que la mayoría de las aspiradoras de tamaño normal, incluidos algunos modelos inalámbricos y ligeros que también limpian bastante bien.

La Linx inalámbrica de Hoover, en menos de 200 dólares, es uno de esos rivales. Muchas pruebas, incluida la mía, muestran que la Linx tiene un desempeño casi tan bueno como la Dyson. Una de sus desventajas es que no ofrece los útiles aditamentos que la Dyson, la batería solo dura cerca de 15 minutos y pesa un par de libras más.

¿Por qué la inalámbrica de Dyson es tan cara? Una razón es que la compañía ha gastado – y dice que seguirá gastando – enormes sumas para crear lo que podría denominarse la máquina físicamente imposible.
En el sector de las aspiradoras, existe un método que se acepta generalmente para fabricar una máquina potente: meterle un motor grande. Entre más grande sea el motor de la aspiradora, podrá producir mayor succión y limpiará mejor los pisos. El único problema con los motores grandes es que son pesados y utilizan mucha electricidad. Eso no funcionaría en un aparato impulsado por baterías.

De ahí el dilema de Dyson: para producir una aspiradora inalámbrica que pueda imitar a una vertical, los ingenieros necesitaban encontrar un motor pequeño y a la vez potente, que pudiera succionar mucho aire sin consumir demasiada electricidad. No podían encontrar ningún motor semejante con los proveedores existentes, y, en su lugar, Dyson dio el insólito paso de diseñar su propio motor a partir de cero.

El Dyson digital V6, el motor colocado en el centro de la DC59, es más o menos del tamaño de un puño y está construido con plásticos especiales que conservan su forma cuando funcionan a altas velocidades. A diferencia de la mayoría de los motores en los aparatos electrodomésticos, el motor de Dyson no tiene escobillas. Ello significa que utiliza un conjunto de electroimanes que se encienden y apagan para mover un eje y hacerlo girar. Un motor más tradicional utiliza una serie de escobillas de carbono que se frotan contra una bobina de cobre, un sistema que genera fricción, lo que reduce la de vida del motor y su eficiencia.

"Esencialmente, duplicas la eficiencia utilizando este tipo de motor", dijo Green. Las velocidades resultantes son asombrosas. El V6 gira a más de 110,000 revoluciones por minuto, lo que lo hace ser uno de los motores comerciales más rápidos que se hayan fabricado alguna vez. En comparación, un motor de un automóvil Fórmula Uno gira a menos de 20,000 RPM.

Sin embargo, el problema con la innovación en los motores, diferencia de la innovación en los programas informáticos es que los avances son lentos y caros. Dyson ha estado investigando en motores durante 15 años, y los que ha fabricado impulsan ahora todas sus aspiradoras inalámbricas, tan bien como los secadores de manos Dyson que se pueden ver en baños públicos. El año pasado, Dyson dijo que invirtió 300 millones de dólares en una fábrica en Singapur, donde robots sacan millones de motores cada año.

Aunque ha construido tres versiones de su motor, cada una ha sido solo ligeramente mejor que la anterior. El motor V6, el más reciente, es un 50 por ciento más potente que la versión previa. Es un incremento enorme en la industria de motores, pero en el mundo tecnológico más amplio – donde rige la Ley de Moore y cada teléfono nuevo es el doble de rápido que el inmediato anterior – una mejoría de 50 por ciento al cabo de varios años puede sonar exigua.

Con todo, Dyson no tiene más que seguir compensando el desempeño extra actualizando constantemente sus motores. Según el Grupo NPD, una firma de investigación del mercado, las ventas de la aspiradora inalámbrica aumentaron más de 57 por ciento en los dos últimos años, y las máquinas de Dyson representaron 45 por ciento de ese crecimiento.

"Estos motores impulsan a nuestras máquinas inalámbricas y, como tales, impulsan el futuro de Dyson", comentó Green. "No es tanto una cuestión de si todas nuestras máquinas van a ser inalámbricas. Es una cuestión de cuándo".

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