New York Times Syndicate

Hoteles dan nueva vida a edificios antiguos

Con el propósito de atraer nuevos huéspedes y hacerlos vivir una experiencia diferente, las cadenas hoteleras de Estados Unidos han apostado por convertir viejos edificios con riqueza arquitectónica en lujosos hoteles. 

Reutilizar y reciclar son palabras que están tomando un nuevo significado para los hoteles.

El Lamb's Theater en Nueva York, una antigua instalación dentro de la Iglesia del Nazareno de Manhattan, es ahora el lujoso Chatwal Hotel. En Filadelfia, el previamente vacío Edificio Lafayette cerca de Independence Hall abrió en 2012 como el Hotel Mónaco. En Nueva Orleáns, se está inyectando nueva vida al Cotton Exchange Hotel en Bourbon Street.

Conforme la industria hotelera se sacude las consecuencias de la recesión y se construyen nuevos hoteles, el hotel de cadena ya cuenta con un nuevo hermano: los hoteles que remodelan edificios existentes como oficinas, almacenes y hospitales.

Detrás de la tendencia está el gusto cambiante de los viajeros más jóvenes, quienes acuden en tropel a las ciudades y están llevando una sensibilidad urbana a sus alojamientos.

"Los viajeros no quieren congruencia y confiabilidad a costa de la autenticidad", asegura Henry Harteveldt, analista de viajes de la firma de investigación Hudson Crossing.

El hotel de uso flexible es una presencia en las ciudades más pequeñas como Amarillo, Texas; Pittsburgh, y Stamford, Connecticut; así como en ciudades grandes como Nueva York, Washington, Boston y Nueva Orleáns.

"Las marcas se han dado cuenta de que la estandarización no significa tanto para los huéspedes como en el pasado", señaló Bjorn Hanson, decano divisional del Centro Prestos Robert Tisch para Gestión Hotelera, Turística y Deportiva en la Universidad de Nueva York.

Ejecutivos de Marriott estiman que entre 10 y 20 por ciento de sus hoteles Courtyard que abrieron este año tuvieron otros usos.
La cadena Kimpton estima que al menos una docena de sus 60 propiedades son edificios a los que se dio nuevo uso. En tanto, en Europa, el InterContinental Hotel Group convirtió 82 de 187 edificios de 2010 a 2013.

Para los huéspedes, renunciar al patrón del hotel estándar puede significar características arquitectónicamente intrigantes, como vestíbulos de forma extraña, una historia y carácter ricos, así como mejores comodidades, por ejemplo, un restaurante que atraiga a comensales del barrio circundante.

Sin embargo, para los acostumbrados a la homogeneidad, la experiencia puede no ser tan agradable. 

John W. Eskew, quien dirige una firma de diseño en Bridgeport, Connecticut, encontró que el calefactor de pared en su habitación en una reciente visita al Hotel Zero Degrees de cuatro años de antigüedad en Stamford "tenía un zumbido ruidoso que dificultaba dormir". El edificio fue previamente un dormitorio de YMCA. (El desarrollador y dueño de Zero Degrees, Randy Salvatore de RMS Cos. en Stamford, dice que se colocaron nuevas unidades de pared individuales en las habitaciones cuando el hotel fue renovado hace cuatro años).

No obstante, Eskew dio altas calificaciones a la administración del hotel por su respuesta.

Expertos dicen que a menudo puede ser más rápido y menos costoso dar otro propósito a un edificio existente que construir uno nuevo. Aun cuando el costo sea más alto, "la ventaja fiscal compensa eso", afirma Janis Milham, vicepresidenta para esenciales modernos y estadías extendidas en Marriott International.

Algunas cadenas hoteleras estadounidenses recurren al Programa Federal de Incentivos Fiscales para la Preservación Histórica, administrado con el Servicio de Recaudación Tributaria (IRS, por sus siglas en inglés).

Este programa concede créditos fiscales de hasta 20 por ciento que pueden usarse para financiar la rehabilitación de edificios históricos y conservar su carácter. El programa federal, que está disponible en los 50 estados de Estados Unidos, también puede ser aprovechado en créditos fiscales históricos estatales que tienen más de la mitad de los estados.

Un edificio histórico no necesita ser convertido en un hotel, aunque alrededor de 4.5 de los créditos fiscales se usan para ese propósito. La cantidad en dólares gastada en las conversiones, incluidos hoteles, se elevó a 6 mil 700 millones de dólares en 2013 respecto de 5 mil 300 millones de dólares en 2012, según estadísticas del Servicio de Parques Nacionales.

Un desarrollador que ha usado el programa es Mehul Patel, director ejecutivo de NewcrestImage, un desarrollador en Irving, Texas. Convirtió el Edificio Fisk de Artes Médicas en Amarillo en un Marriott Courtyard en 2010. Patel dice que el proyecto en Amarillo creó una sensación de nostalgia en algunos huéspedes. "Comprenden la historia y la respetan", apunta.

El empresario ha volcado su atención en el Cotton Exchange de 150 años de antigüedad en Nueva Orleans y espera empezar a trabajar directamente y gastará más de 10 millones de dólares en mejoras en el edificio.

Anticipa que el hotel se convertirá en uno de los primeros AC Hotels en Estados Unidos, una cadena europea de tres años de antigüedad que es una empresa conjunta entre Marriott International y el hotel español Group AC Hotels. "La tecnología nos permite ser más eficientes que antes", refirió.

Algunos huéspedes no están convencidos. Rob Bullock es el director ejecutivo de la Asociación de Oficiales de Finanzas Gubernamentales de Columbia Británica. A mediados de febrero, se hospedó en el Cotton Exchange Hotel antes de un crucero. Mientras estuvo ahí, notó ruido que se colaba a través de las pares y subía desde la calle. Las camas eran duras. Por ello, escribió en un correo electrónico:

"El personal fue grandioso. Escucharon con atención e hicieron su mejor esfuerzo por resolver las cosas. Nos trajeron más almohadas y sábanas extra, pero el hotel estaba totalmente reservado y había poco más que pudieran hacer".

En el viaje de regreso, optó por un hotel de cadena tradicional de un competidor donde la cama fue más cómoda. No planea regresar al Cotton Exchange.

Patel asegura que la renovación programada incluirá nuevas camas, ventanas interiores, herrajes de baño y paredes de las habitaciones.

En Europa, el InterContinental Hotel Group ha adoptado edificios remodelados por razones económicas. "Los bancos se sienten mucho más cómodos ofreciendo financiamiento para edificios que ya existen", sostiene Miguel Ruano, vicepresidente de diseño e ingeniería en Europe-IHG.

El Marseille-Hotel Dieu, que abrió en abril pasado en el sitio de un hospital del siglo XVIII que había estado vacío por décadas, también incluye una colección de artefactos encontrados durante la renovación.

Incluso el gobierno de Estados Unidos se está inclinando por los hoteles remodelados. En junio pasado, después de un competitivo proceso de licitación, la Administración de Servicios Generales llegó a un acuerdo para arrendar el edificio de la Antigua Oficina Postal en Washington a la Trump Organization por 60 años con opción de renovación. La cadena estima que gastará 200 millones de dólares en convertir el edificio en un desarrollo de lujo de uso mixto, que incluirá un hotel, un museo, un centro de visitantes y espacio para tiendas minoristas.

Expertos indican que las características y detalles arquitectónicos pueden transmitir más una sensación de hogar, una sensación de individualidad.

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