New York Times Syndicate

Ésta es la próxima tendencia en iluminación

En Estados Unidos existen emprendedores que quieren acabar con el uso de la popular bombilla eléctrica. Sin embargo, deberán enfrentarse a una sociedad que aún no quiere o no está preparada para cambiar la forma en que se ilumina el mundo.

Desde que se empezó a eliminar gradualmente a la tradicional bombilla en 2012, debido a las regulaciones gubernamentales, la otrora visita simple al pasillo de la iluminación, se ha convertido en un ejercicio de navegación por una vertiginosa gama de opciones y terminologías, en especial para los nuevos tipos de focos fluorescentes compactos y los LED.

Ahora, esas opciones están a punto de ser todavía más complicadas. Hay dos empresas emergentes posicionadas para empezar a vender bombillas con tecnologías totalmente diferentes – una que se tomó prestada de la industria pesada, y la otra, de las televisiones antigüitas -, pero que cumplen con los nuevos estándares energéticos.

Nadie puede prever si podrán atrapar a los clientes que, tercamente, siguen casados con la luz incandescente. Sin embargo, que ambas hayan llegado tan lejos es un indicio de cuán inestable sigue siendo el mercado de la iluminación doméstica, a pesar de los años de publicidad sobre las nuevas opciones que ahorran electricidad.

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"Va a ser un 'putt' muy prolongado tratar de remplazar a lo incandescente", aseguró Mark Rea, director del organismo de investigación Lighting Research Center en el Instituto Politécnico Rensselaer. "A la gente no le gustan los cambios de ningún tipo. Nosotros fabricamos fuentes de luz hoy que son mejores que las incandescentes, bajo cualquier medida de los beneficios que usted espera obtener con la iluminación. Pero es diferente".

Y, en efecto, las bombillas incandescentes se venden muchísimo más en las grandes tiendas de autoservicio, como Home Depot y Lowe's, informaron ejecutivos en iluminación.

En el último trimestre de 2013, según estadísticas de la Asociación Nacional de Fabricantes Eléctricos, las bombillas incandescentes representaron 65 por ciento de los embarques de los productores, y el resto consistió de fluorescentes compactos, principalmente.

Mientras tanto, funcionarios gubernamentales, fabricantes y vendedores minoristas centran sus esfuerzos en mejorar y comercializar la tecnología LED, investigadores y emprendedores han buscado otras, convencidos de que ninguna de las opciones en el mercado ofrece al consumidor algo parecido a la familiar calidad de luz a un precio suficientemente barato.

Las bombillas LED, por ejemplo, ofrecen una calidad de luz que muchos expertos dicen que es igual o mejor que la de las tradicionales bombillas, pero su precio – 10 dólares cada una – ha ahuyentado a los consumidores.

"Hemos evolucionado como especie con la luz del día y la incandescente por la noche, ya sea como fogatas y velas y luego en lámparas de aceite para, finalmente, llegar a la iluminación incandescente", expresó Konstantinos Papamichael, codirector del Centro Tecnológico de la Iluminación de California en la Universidad de California, en Davis. "Encontraría difícil que la gente cambiara  a nuevas tecnologías sin obtener algo parecido a lo que ya tiene".

En un pequeño laboratorio de demostración, justo en las afueras de Boston, un artista del vidrio, con gafas oscuras, sopla tubos diseñados especialmente, un componente pequeño de una bombilla nueva que se llamará Finally cuando llegue a los estantes de las tiendas. A unas cuantas yardas de distancia, un científico examina gráficos multicolores que representan el espectro de colores que emite la bombilla. Y en un rincón, brillan boca abajo docenas de luces, parte del control de calidad de la compañía.

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Todo es parte de la búsqueda que hace John Goscha, quien ya tiene una empresa emergente para hacer una bombilla mejor. Goscha, de 30 años, empezó un negocio de golf por encargo cuando estaba en secundaria y fundó IdeaPaint – que permite que la mayoría de las superficies funcionen como tablas para borrar en seco – cuando estudiaba licenciatura en el Colegio Babson.

En busca de una solución, empezó a asistir a conferencias y reuniones, y consiguió la asesoría de Victor Roberts, quien fue ingeniero de General Electric, que al final se integró a la empresa. En un largo vuelo a Hong Kong, ambos hablaron sobre inducción, una tecnología que tiene un amplio rango de aplicaciones, incluida una en motores eléctricos de aparatos domésticos y grúas para construcción, porque es de larga duración. Sin embargo, todavía no se adaptaba ampliamente para uso doméstico en la iluminación debido a la dificultad y lo costoso de adaptar la electrónica necesaria para la luz brillante y omnidireccional dentro de la bombilla común.

Sin embargo, con el advenimiento de los transistores más pequeños y otros avances, la compañía, que ha contratado a ingenieros de fabricantes de focos ya establecidos, como Osram Sylvania y Philips, redujeron el aparato a una antena de 7.6 centímetros envuelta en alambre de cobre; lo cual genera un campo magnético dentro de la bombilla que hace que el mercurio produzca luz ultravioleta, la cual, a su vez, crea luz visible cuando interactúa con una capa especial de fósforo que cubre al vidrio.

El resultado, que se fabricará en India, cuenta con casi todas las aprobaciones reglamentarias. Se puede desechar en rellenos sanitarios a pesar de contener mercurio porque la cantidad es minúscula y está en forma sólida, no líquida. También tiene la aprobación de la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos porque la antena es, técnicamente, un receptor de radio, aunque débil.

Goscha planea vender la bombilla en ocho dólares, lo que la hace competitiva en comparación con algunas de las LED más baratas del mercado.

Sin embargo, aunque parece promesa suficiente como para atraer a inversionistas que han aportado 19 millones de dólares, incluidos algunos de los profesores de Goscha en Babson y el interés de grandes minoristas, su éxito no está asegurado todavía.

Por ejemplo, se suponía que la bombilla Vu1 saldría al mercado hace más de tres años. Estuvo disponible por algún tiempo en el sitio web de Lowe's, pero hubo problemas en la producción y la retiraron. 

"Todo esto es odio de sí mismo autoinfligido", dijo Smith bromeando sobre los errores de la compañía, que incluyeron haber perdido el respaldo de Wall Street por no haber cumplido con demasiadas fechas límite. "Cada vez que cambias una tecnología de un país a otro, las cosas nunca salen como planeaste".

Smith dijo que, en gran medida, él financió a la compañía mientras se batallaba para estar en mejores condiciones.

En la Vu1, que estará disponible primero para usarla en lámparas empotradas, se emplea una tecnología parecida a las de los tubos de rayos catódicos en los televisores, "una tecnología de punta en los años 1940", comentó Smith, con la que los electrones golpean a un coctel de fósforos en el vidrio, que, entonces, brilla.

Sin embargo, el largo recorrido de las bombillas hasta las tiendas muestra cuán difícil puede ser hacer una nueva y cuán evasiva puede ser la promesa de nuevas tecnologías.

Los investigadores, al ver un mercado que está totalmente abierto, siguen trabajando en todavía más tecnologías, incluido el plasma y las llamadas LED orgánicas, que extienden la luz sobre una superficie flexible.

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