New York Times Syndicate

El papeleo enterró pistas sobre planes de ISIS en Europa

Antes de los ataques en Bruselas, antes de incluso de los de París, una serie de detenciones y ataques señalaban las intenciones terroristas de ISIS en Europa, pero el papeleo y falta de comunicación entre autoridades hizo que fueran minimizadas.

NUEVA YORK. El día que salió de Siria con instrucciones de llevar a cabo un ataque terrorista en Francia, Reda Hame, de 29 años de edad y técnico de computadoras originario de París, había sido miembro de ISIS durante solo poco más de una semana.

Su pasaporte francés y sus antecedentes en la tecnología de la información le hicieron un recluta ideal para un grupo rápidamente en expansión dentro del Estado Islámico que estaba dedicado a aterrorizar a Europa. En solo unos días, fue llevado apresuradamente a un parque, se le mostró cómo disparar un rifle de asalto, se le entregó una granada y se le dijo que la lanzara a una silueta humana. Su curso acelerado incluyó cómo usar un programa de encriptación llamado TrueCrypt, el primer paso en un proceso destinado a encubrir las comunicaciones con su contacto del ISIS en Siria.

El contacto, con el nombre en código de Dad (Papá), llevó a Hame a la frontera turca y lo envió con el consejo de seleccionar un blanco fácil, disparar a tantos civiles como fuera posible y retener rehenes hasta que las fuerzas de seguridad lo convirtieran en mártir.

"Sé valiente", dijo Dad, abrazándolo.


Hame fue enviado por un organismo dentro de ISIS que estuvo obsesionado con atacar a Europa durante al menos dos años antes de los ataques mortales en París en noviembre y en Bruselas en marzo. En ese tiempo, el grupo envió a una serie de agentes entrenados en Siria, que pretendían llevar a cabo pequeños ataques con la intención de realizar pruebas y poner en tensión al aparato de seguridad de Europa aun cuando los ataques más mortíferos seguían en preparación, según procedimientos judiciales, transcripciones de interrogatorios y registros de intervenciones telefónicas europeas obtenidos por The New York Times.

Funcionarios ahora dicen que los signos de esta maquinaria terrorista enfocada fueron identificables en Europa desde principios de 2014. Sin embargo, las autoridades locales repetidamente desecharon cada conspiración sucesiva, describiéndolas como actos aislados o al azar, pasando por alto o restando importancia a la conexión con ISIS.

"Esto no surgió repentinamente en los últimos seis meses", dijo Michael T. Flynn, teniente general retirado del Ejército que dirigió la Agencia de Inteligencia de Defensa de 2012 a 2014. "Han estado contemplando ataques externos desde que el grupo entró en Siria en 2012".

Hame fue arrestado en París en agosto, antes de que pudiera atacar, uno de al menos 21 agentes entrenados que tuvieron éxito en regresar subrepticiamente a Europa. Sus registros de interrogatorios ofrecen una ventana hacia los orígenes y la evolución de la rama de ISIS responsable de matar a cientos de personas en París, Bruselas y otras partes.

Funcionarios europeos saben ahora que Dad, el contacto de Hame, no era otro que Abdelhamid Abaaoud, el agente belga que seleccionaba y entrenaba a combatientes para conspiraciones en Europa y que regresó para supervisar el ataque de París, el atentado terrorista con más muertos en territorio europeo en más de una década.

La gente en la rama de operaciones externas de Abaaoud también estuvo detrás de los ataques de Bruselas, así como un ataque frustrado en un suburbio de París recientemente, y otros están siendo buscados urgentemente, dicen funcionarios belgas y franceses.

"Hay una fábrica allá", advirtió Hame a sus interlocutores del servicio de espionaje de Francia después de su arresto. "Están haciendo todo lo posible para atacar a Francia, o toda Europa".

Durante gran parte de 2012 y 2013, el grupo yihadista que eventualmente se convirtió en ISIS estuvo echando raíces en Siria. Aun mientras el grupo empezaba a reclutar agresivamente a extranjeros, especialmente europeos, los formuladores de políticas en Estados Unidos y Europa continuaron viéndolo como una rama de menor perfil de Al Qaeda que estaba principalmente interesada en apoderarse y gobernar territorio.

Uno de los primeros indicios de que ISIS estaba metiéndose en operaciones de terrorismo internacional se dio a las 12:10 PM del 3 de enero de 2014, cuando la policía griega detuvo un taxi en la localidad de Orestiada, a menos de seis kilómetros y medio de la frontera turca. Dentro estaba un ciudadano francés de 23 años de edad llamado Ibrahim Boudina, quien estaba regresando de Siria. En su equipaje, los agentes encontraron mil 500 euros (casi mil 700 dólares) y un documento en francés titulado "Cómo hacer bombas artesanales en nombre de Alá".

Pero no había orden para su arresto en Europa, así que los griegos lo dejaron ir, según registros judiciales que detallan la investigación francesa.

Boudina ya estaba en la lista de observación de Francia, como parte de una célula de 22 hombres radicalizados en una mezquita en la ciudad turística de Cannes. Cuando funcionarios franceses fueron notificados de la detención de tráfico griega, ya estaban interviniendo las comunicaciones de sus amigos y familiares. Varias semanas después, la madre de Boudina recibió una llamada de un número en Siria. Antes de colgar, el interlocutor desconocido le informó que su hijo había sido "enviado en una misión", según una transcripción parcial de la llamada.

La policía estableció un perímetro en torno al departamento de la familia cerca de Cannes, arrestando a Boudina el 11 de febrero de 2014.

En un armario de herramientas en el mismo edificio, encontraron tres latas de bebida Red Bull llenas con 600 gramos de TATP, el volátil explosivo basado en peróxido que posteriormente sería usado con efecto fatal en París y Bruselas.

No fue sino hasta casi dos años después, en la Página 278 de un documento judicial sellado de 359 páginas, que los investigadores revelaron un detalle importante: las charlas en Facebook de Boudina le ubicaban en Siria a fines de 2013, en la escena de una importante batalla combatida por un grupo que se hacía llamar el "Estado Islámico de Irak y el Levante".

Según un informe de la agencia de espionaje interno de Francia, fue el primer ciudadano europeo del que se sabía que había viajado a Siria, se había unido a ISIS y había regresado con la intención de cometer actos terroristas. Sin embargo, estos lazos con el grupo quedaron sepultados en el papeleo francés y no fueron conectados con casos posteriores.

Incluyendo a Boudina, al menos 21 combatientes entrenados por ISIS en Siria han sido enviados de regreso a Europa con la intención de causar asesinatos masivos, según un recuento del Times basado en registros de la agencia de espionaje interno de Francia. Los combatientes llegaron a un ritmo constante, regresando solos o en parejas a razón de uno cada dos o tres meses durante 2014 y el primer semestre de 2015.

Como los asesinos en París y Bruselas, todos estos primeros agentes eran de habla francesa; principalmente ciudadanos franceses y belgas, junto con un puñado de inmigrantes de excolonias francesas, incluido Marruecos.

Fueron arrestados en Italia, España, Bélgica, Francia, Grecia, Turquía y Líbano con planes para atacar a negocios judíos, estaciones de policía y un desfile de carnaval. Pretendían abrir fuego contra vagones llenos y congregaciones en iglesias. En su posesión se hallaron cuchillas y armas automáticas, intercomunicadores y teléfonos celulares desechables, así como los químicos para producir TATP.

La mayoría de ellos fracasó. Y, en cada caso, los funcionarios no captaron o al menos no advirtieron a sus colegas los lazos de los hombres con el naciente ISIS.

En uno de los casos de más alto perfil, Mehdi Nemmouche regresó de Siria vía Fráncfort, Alemania, y llegó en auto a Bruselas, donde el 24 de mayo de 2014, abrió fuego dentro del Museo Judío de Bélgica, matando a cuatro personas. Aun cuando la policía encontró un video en su posesión, en el cual se responsabilizaba del ataque al lado de una bandera que llevaba las palabras "Estado Islámico de Irak y el Levante", la subprocuradora de Bélgica, Ine Van Wymersch, desechó cualquier conexión.

"Probablemente actuó solo", dijo a los reporteros en ese entonces.

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