New York Times Syndicate

Apps para turistas que quieren vivir como residentes

Quizá llegar a una ciudad completamente desconocida no siempre sea sencillo para todos. Por suerte se puede echar mano de la tecnología. 

Cuando Toni Finnimore, de 30 años, de Brighton, una ciudad en la costa, a dos horas al sur de Londres, llegó a la Ciudad de Nueva York a mediados de noviembre, quería pasar el rato con lugareños. Había hecho el mismo viaje siete años antes y me "encontré visitando cada atracción turística que ofrecía la ciudad", comentó. "Las luces brillantes de Times Square, si bien deslumbrantes, no fueron suficientes", continuó. "Yo quería experimentar a la verdadera ciudad de Nueva York".

Así es que descargó Feastly, una aplicación que conecta a los turistas con habitantes que desean invitarlos a cenar. Unos días después, estaba en el departamento estudio, en Upper East Side, de dos neoyorquinos, Dalila Ercolona y Marco Maestoso, comiendo arrachera asada con macarrón con queso en la cena, y riendo con otros tres lugareños (un profesional del márquetin de Etsy, un programador TIC y un fotógrafo) y dos viajeros de Chicago. Ella comió una comida "divina", hizo lo que dice serán amistades duraderas y obtuvo consejos para el resto de su viaje. "¿Quién necesita una guía cuando tienes a auténticos neoyorquinos?".

Finnimore no es la única que ansía tener experiencias locales.
"Es la forma de pensar del viajero moderno", comentó Rafat Ali, el director ejecutivo y fundador de Skift, un sitio web en el que se analizan las tendencias para viajar. "La gente busca experiencias más allá de las manufacturadas".

En el último año, más o menos, ha surgido una creciente cantidad de herramientas para ayudarlos. Es posible que Airbnb y Homestay hayan sido los primeros en atender este deseo, al ofrecerles a los turistas hogares reales, pero otros los han seguido rápidamente. Ahora los visitantes pueden comer o irse de juerga con los lugareños, hacer preguntas específicas y hasta salir en una cita; todo a través de aplicaciones gratuitas, de uso fácil.

A los viajeros, estas aplicaciones les ayudan a moverse más allá del tipo de asistencia que podrían obtener del conserje o el mesero. Y, dado que las actividades más personalizadas son, con frecuencia, más baratas que los ganchos para turistas (conocer a un amigo que muestre un barrio es gratuito; una visita guiada profesional no lo es), también pueden ayudar con los gastos. Sí proporciona una experiencia más desafiante, no obstante, lo que los hace más adecuados para los viajeros dispuestos a asumir algunos riesgos.

"Hay que apartarse del camino trillado y hacer lo que hacen los lugareños", dijo Marybeth Bond, la fundadora del sitio web sobre viajes, Gutsy Traveler. "Hay que estar abiertos a los encuentros fortuitos y se tiene que ser un poco valiente".

Y no son solo los viajeros los que se pueden beneficiar. Las aplicaciones también "alientan a los lugareños a actuar como turistas en sus ciudades y encontrar cosas nuevas", dijo Ali.

A continuación se presenta una revisión sobre esas aplicaciones, y cuál podría ser la correcta para usted.

PARA EL JUERGUISTA

El objetivo de la aplicación Party With a Local (irse de juerga con un lugareño) es exactamente el que indica su nombre: conectar a los usuarios con habitantes locales para salir una noche, con base en su ubicación. (Piense en Tinder, pero para pasar una noche divertida como objetivo y no el tener una cita o un encuentro.) Los usuarios publican ideas – "vamos a tomar algo a este bar de vinos" o "ven a esta fiesta de cumpleaños en este club" – y los turistas pueden platicar con ellos a través de la aplicación y arreglar la reunión. La aplicación tiene 20 mil usuarios en 160 países (hasta en la Antártida) y se espera que llegue a 16 millones de usuarios en tres años. (Todos los usuarios llenan un perfil, pero no hay un sistema específico para investigar a los lugareños más allá de eso.)

Masha, de 27 años, originaria de Nueva York, que declinó proporcionar su apellido porque quiso conservar su privacidad, empezó a usar la aplicación cuando estudió fuera de Estados Unidos, en Amsterdam. "Solo me pareció una buena forma fácil de romper el hielo", añadió ella. Ahora que está de vuelta en Manhattan, la sigue usando con regularidad para conocer a viajeros extranjeros en Jacob's Pickles y ver bandas de covers en vivo en Prohibition, ambos lugares en Upper West Side, así como patinar en el Rockefeller Center.
"Es una forma de mantener en movimiento esa vibra del viaje", explicó. "Esa sensación de conocer gente nueva y divertirse en forma espontánea al salir en la noche".

PARA EL AMANTE DE LA BUENA COMIDA 

Cookening es una del creciente número de aplicaciones (Feastly, PlateCulture.com) que utilizan las comidas caseras como punto de conexión. La organización no es totalmente altruista; la mayoría de los lugareños que son los anfitriones ganan dinero cobrando la cena (actualmente, Cookening las ofrece en la Ciudad de Nueva York a un costo entre 27 y 67 dólares). De hecho, a Ercolani y Maestoso, que son anfitriones en tres a cuatro comidas a la semana por medio de Feastly, están considerando que eso sea su trabajo de tiempo completo. Hasta reacondicionaron todo su departamento estudio para que resulte más confortable en cenas grupales.

Sin embargo, para turistas como Finnimore, estas aplicaciones les permiten evitar la escena restaurantera, donde la única interacción que se tendrá, seguramente, es con un mesero, y mejorar las comidas con la conversación a la mesa de un lugareño durante la cena. A los anfitriones les permite cultivar el amor por la cocina en su tiempo libre y conocer personas de todo el mundo. "Al finalizar la noche, todos los que están a la mesa ya son amigos", dijo Ercolani. "Todos estamos intercambiando páginas de Facebook y números".

PARA BUSCAR CONOCIMIENTO

Otras aplicaciones parecen más remplazos potenciales de los conserjes. UrbanBuddy, por ejemplo, conecta a viajeros con lugareños seleccionados, que responden preguntas en tiempo real, en chats en vivo, por teléfono. "La mayoría de los hoteles ya no brindan el servicio de conserjería, así es que los huéspedes de los hoteles se ven obligados a hacer su propia investigación, que consume tiempo y es ineficaz", explicó Paul Brogna, un cofundador. Las preguntas se responden en menos de dos minutos. (Los "amigos" tienen que "estar recomendados personalmente por alguien en el equipo o de boca en boca", dijo Brogna, y se los recompensa con puntos BuddyReward que se pueden canjear por cosas como estancias gratuitas en hoteles socios.)

Ian Sklarsky, un guía con sede en Brooklyn, dijo que le han preguntado por el mejor motel de segunda donde quedarse, un lugar donde sirvan desayuno almuerzo y quepan 40 personas, y el mejor sitio para hacerse un tatuaje o un "piercing". "Es importante confiar en alguien cuando te dicen dónde te puedes hacer un tatuaje", dijo.

PARA EL QUE QUIERE UNA CITA

Traveller Chic debutó en agosto con el objetivo de emparejar a turistas solteros con lugareños solteros. Una conexión romántica puede o no darse, pero los viajeros pueden, al menos, contar con hacer un recorrido privado con un lugareño informado.

Los usuarios se conectan en un sitio web y es frecuente que forjen relaciones a través de Skype y por correo electrónico antes de reunirse. Luego se conocen y hacen algo divertido – recorrer Roma o comer con una familia en su casa – y ver si se entienden.

Ellie Abramo, la directora ejecutiva y fundadora, nota que hasta los percances pueden ser gratificantes. "Cuando se está viajando, pasan cosas locas, y es el cómo se adapta uno a ellas lo que hace al viaje", dijo. "Ama lo inesperado y abraza el caos porque eso es lo que vas a recordar y – con suerte – será algo de lo que te reirás dentro de varios años".

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