New York Times Syndicate

36 horas en Buenos Aires

La capital de Argentina nunca pierde su encanto. La ininterrumpida producción de nuevos restaurantes y espacios de arte de la ciudad son un testamento de la incesante creatividad de los porteños, como se les dice a sus residentes.

Independientemente de qué tan de telenovela sea su política, o exagerada sea su inflación, la capital de Argentina nunca pierde su encanto. La ininterrumpida producción de nuevos restaurantes y espacios de arte de la ciudad es un testamento de la incesante creatividad de los porteños, como se les dice a sus residentes.

Sus centenarias cafeterías y preciosas calles flanqueadas por árboles siempre han sido un atractivo, pero visítela ahora por su paisaje culinario y por sus tugurios efectistas aunque inefablemente geniales. Buenos Aires adora adoptar la reinvención, y se nota.

1
VIERNES


3:30 p.m.
Arte latinoamericano
No es una exageración decir que el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) es uno de los mejores museos de arte del continente. El moderno edificio lleno de luz (admisión, 60 pesos, o aproximadamente 6.55 dólares a un tipo de cambio de 9 pesos argentinos por dólar) es verdaderamente una escala necesaria, con su vibrante colección permanente, donde las obras de arte están acomodadas en orden cronológico y vinculadas con su correspondiente movimiento de arte. Lo destacable incluye obras del artista argentino Antonio Berni y de Frida Kahlo. Las exhibiciones temporales casi siempre provocan la reflexión (y si necesita un bocadillo, los cruasanes de la cafetería son excelentes).

6 p.m.
Perfumes en Palermo
Casa Cavia es un complejo restaurante, cafetería, bar, jardín, librería y florería situado en una casa de dos pisos que data de 1927 y que ha sido remodelada para convertirla en un impactante espacio interior y exterior que es un indicador de la estética de diseño del nuevo Buenos Aires: moderna con un reconocimiento a lo retro. Vaya para echar un ojo a su grandioso interior de techos altos, vanos arqueados y muebles de inspiración Art Decó) y después atraviese caminando el jardín hacia la perfumería, donde se exhiben más de 100 fragancias, desde maracuyá hasta el clásico perfume "Biblioteca de Babel", un homenaje a Jorge Luis Borges y referencia a la casa editorial del segundo piso.

7:30 p.m.
Café y vino
Los argentinos permanecen despiertos hasta tarde, así que fortifíquese con una dosis de cafeína en LAB Tostadores de Café, una casa tostadora que además es una de las mejores tiendas de café modernas de la nueva generación de Buenos Aires, donde el expreso se sirve en un interior industrial chic. Después, camine cuatro cuadras por la Calle Gorriti, una calle popular para hacer compras, hasta llegar a Ser y Tiempo, un bar de vinos tenuemente iluminado que abrió en 2014. Puede hacer una degustación a ciegas de tres vinos argentinos excelentes (200 pesos) con o sin cena, y esto le ayudará a aprender a distinguir entre un torrontés y un chardonnay. También es una tienda de vinos, así que aprovisiónese de cosechas locales menos conocidas. Si está buscando algo más informal, visite el vecino Trova, que ofrece degustaciones temáticas ("Malbecs argentinos", "Verano") con vinos casi todos argentinos (degustaciones entre 65 y 110 pesos).

10:30 p.m.
Argentina moderna
Encamínese al vecindario de Colegiales, un sitio tranquilo de moda, para cenar (por unos 1,300 pesos con vino para dos personas) en Astor Manduque Porteño (el nombre se traduce, aproximadamente, como "donde comen los residentes locales"). El chef Antonio Soriano es una de las principales lumbreras de la nueva escuela de cocina argentina, y su menú, que cambia frecuentemente, está lleno de platillos creativos que recientemente incluyeron tempura de morcilla y una ensalada de lengua de res. Sólo se ofrecen ocho platillos a la vez, y los comensales pueden optar por probar tres, cinco o todas las opciones, con el tamaño de los platos reduciéndose proporcionalmente. Súmele el maridaje de vinos, que no escatima en calidad ni cantidad.

1
SÁBADO


10 a.m.
Café en Cao
Muchos de los legendarios bares convertidos en cafeterías de Buenos Aires, o bares notables, con sus meseros profesionales y filas a la espera de mesas, están llenos de turistas. Haga un viaje hasta San Cristóbal, un vecindario residencial que cuenta con su propio bar histórico que data de 1915: el Bar de Cao. En este lugar encontrará armarios con frente de cristal llenos de botellas, piernas colgantes de jamón y accesorios originales de madera, con un mínimo de turistas. Siéntese junto a las soleadas ventanas, ordene un café con leche (23 pesos) y un cruasán medialuna (7 pesos). Pero guarde espacio para el almuerzo.

12:30 p.m.
Almuerzo relajado
Haga apetito con una caminata sobre la Avenida Independencia, una concurrida calle flanqueada por tiendas y cafeterías que zumba con el ajetreo y bullicio de la vida cotidiana en la capital. Pare en Aramburu Bis, el segundo restaurante más informal del chef súper estrella Gonzalo Aramburu. Su mucho más elegante Aramburu está a la vuelta de la esquina, pero la versión Bis, con su estética de tienda campestre, es uno de los mejores restaurantes de la ciudad (el menú de degustación para almorzar para dos personas, con acompañamiento de vino, cuesta 1,100 pesos). Cada plato es ejecutado a la perfección, como la entrada de carne tártara adornada con yema de huevo de codorniz, helado de mostaza y una canasta en miniatura de papas fritas. La carta de vinos incluye selecciones de bodegas prometedoras de Mendoza; sume el maridaje de vino al menú de degustación y haga planes para un almuerzo de tres horas.

4:30 p.m.
Tango por la tarde
El tango es menos popular de lo que la información turística de Argentina le habrá hecho creer, pero nadie se lo ha dicho a la multitud de más de 60 años. Eche un ojo a los dedicados bailarines de La Milonga de los Consagrados (55 pesos la entrada, un trago mínimo), donde los adultos mayores mantienen llena la pista de baile, elaborando sus movimientos al ritmo de música, la cual, pese a ser reproducida por computadora, suena como si estuviera saliendo de un gramófono. De un lado de la pista de baile, que exuda grandeza marchita, los hombres se sientan en mesas intentando toparse con la mirada de una pareja potencial al otro lado. No es bien visto sacar fotos (estamos hablando de una actividad local, no de un evento para turistas), así que siéntese con una copa de champaña (26 pesos) y disfrute el espectáculo.

8 p.m.
En vivo en la planta eléctrica
Anteriormente una planta eléctrica, la Usina del Arte fue reinaugurada en 2012 como el espacio de arte más impresionante de la ciudad en La Boca, un vecindario postindustrial ubicado frente al puerto, y actualmente alberga exhibiciones de arte y una variedad ecléctica de música en vivo en dos hermosos auditorios. Las presentaciones van desde las melodías de la Filarmónica de Buenos Aires y de las grandes bandas hasta combinaciones de poesía y música, así que revise el sitio web, usinadelarte.org, con anticipación. También vale la pena visitarla durante el día para hacer un recorrido (entrada gratuita, 45 minutos) por el impactante exterior de edificio de estilo renacentista florentino y por su interior hermosamente reformado.

10 p.m.
Filete y mollejas
Ir a una parrillada argentina (un restaurante de carne asada) es prácticamente obligatorio aquí, pero prescinda de los grandes salones comedores llenos de turistas y de los menús largos como libros de los confiables de siempre como Don Julio's o Parrilla Peña y mejor vaya a La Carnicería. Esta moderna parrillada de 24 asientos abrió a finales de 2014 y normalmente sólo tiene dos filetes (enormes) en el menú, junto con una lista de entradas tradicionales traídas al siglo XXI (cena para dos, aproximadamente 750 pesos). La carne proviene de la granja del dueño y es ahumada en casa, y el chorizo es casero. Pruebe las mollejas, glaseadas con miel y rodeadas de granos de maíz.

12 a.m.
Fiesta en secreto
Las salidas nocturnas en Buenos Aires pueden durar hasta las 6 de la mañana; demasiado para sólo un bar. Vaya a varios, probando lo mejor de la cultura de tugurios de la ciudad en los bares secretos. Empiece en Frank's, asegurándose de averiguar la contraseña en la página de Facebook del bar con anticipación (se insinúa en la publicación del día; la primera que se le ocurra es normalmente la correcta). Diga la contraseña al portero, quien lo dirigirá a una cabina telefónica; marque el número que él le dé; se abrirá una puerta y entrará a un largo bar lleno de gente que bebe algunos de los mejores cocteles de la ciudad (aproximadamente 100 pesos). Pida a los refinados cantineros un Bison TT (vodka, té verde, jarabe de jengibre), y vea a la gente desde un sofá de terciopelo rojo antes de irse a Victoria Brown. Atraviese la cafetería que da a la calle y abra la puerta que está en la pared de ladrillos de atrás. Adentro encontrará una tierra de fantasía representativa del "steampunk", con cantineros que sirven tragos como el Desde Cuba Con Amor (120 pesos), una combinación de ron añejo, cítricos y licores amargos que literalmente echa humo. Después, visite una interpretación moderna del tradicional amor de Argentina por los licores amargos en 878, un tugurio popular. La tenuemente iluminada barra principal normalmente está atestada, pero si empuja una puerta ubicada en la pared del fondo encontrará otra barra un poco más tranquila.

1
DOMINGO


Medio día
De Perú, con amor
Luego de haberse desvelado, haga como los residentes locales y coma un relajado almuerzo dominical. Los porteños esperaban con muchas ansias la inauguración de La Mar, lo que sucedió en abril de 2015, gracias a la reputación de su célebre chef Gastón Acurio. Esta cevichería en Palermo Hollywood del marcador de tendencias peruano es elegante y tiene un patio espacioso. Ataque la degustación de ceviches, tres ceviches sabrosos, algunos servidos en su propia marinada de pescado conocida como tigre de leche. Súmele un par de causas; cucharadas de puré de papa amarilla aderezado con todo tipo de cosas, desde helado de oliva hasta salmón crudo (almuerzo para dos, aproximadamente 600 pesos).

2 p.m.
El deporte de los reyes
En cualquier momento dado, siete de los ocho mejores jugadores de polo del mundo son originarios de Argentina, y el deporte está experimentando una especie de resurgimiento, al menos según el ultra encantador Ezequiel Moreno, de Polo Tour. Él ofrece clases de polo de medio día (1,400 pesos, transporte incluido) en la extensa Estancia La Martina, perteneciente a la dinastía más destacada del polo, la familia Cambiaso, donde uno aprenderá a montar a caballo, a golpear la pelota con un mazo y a hacer ambas cosas al mismo tiempo, todo en un exuberante ambiente verde a tan solo 40 minutos del centro de la ciudad.

Hospedaje
El Glu Hotel. Pese a su nombre ligeramente chocante, el Glu (Godoy Cruz 1733; thegluhotel.com; habitaciones dobles desde 150 dólares) es un encanto: todas las habitaciones son suites con cómodas camas tamaño king, y el personal es de lo más amigable y servicial de toda la ciudad.

Fierro Hotel. Con una excelente ubicación en Palermo Hollywood, el Fierro (Soler 5862; fierrohotel.com; habitaciones dobles desde 129 dólares) está a muy buen precio, con los servicios (menú de almohadas, máquinas Nespresso) de un hotel mucho más caro. Las suites, algunas con balcones, son espaciosas, y el restaurante de la planta baja, Uco, prepara uno de los mejores almuerzos de la ciudad.

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