TLAXCALA.- El misionero itinerante y candidato al Premio Nobel de la Paz 2017, Alejandro Solalinde Guerra, reveló que con la nueva amenaza de muerte en su contra, su equipo de asesores le pidió "enfriar algunos temas" como el de las fosas en Veracruz, a lo que se negó aun sabiendo que el peligro seguirá latente.
Entrevistado al respecto durante su visita al estado de Tlaxcala, donde dictó una conferencia magistral sobre migración y el gobierno de Donald Trump, declaró que por la nueva amenaza en su contra canceló un viaje que tenía previsto, esto como medida de precaución, eso sí pidió a su equipo de seguridad que no lo censuraran.
Explicó que el día de ayer tuvo una segunda reunión de seguridad con Amnistía Internacional, con las Brigadas Internacionales de Paz, con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y la del Distrito Federal, así como organizaciones religiosas, y sus colaboradores más cercanos, quienes le preguntaron "si estaba en capacidad de poder enfriar algunos temas, yo les dije ¿cómo cuáles?, me dijeron por ejemplo de las víctimas, de los desaparecidos, de las fosas, y dije que no, no puedo hacerlo".
Y agregó que "mientras no enfríe esos temas, el peligro va a existir, pero ya quedamos que vamos a tomar precauciones, por lo que ya cancelé un viaje que tenía pensado hacer porque eran rutas donde no había señal telefónica, donde se perdía contacto con algún apoyo y mis agentes de seguridad que estuvieron presentes también me dijeron que no se podía y tomé esa decisión de colaborar".
Por otro lado, fue cuestionado respecto a la declaración de "persona non grata" para el municipio de Orizaba, que hizo el alcalde de esa demarcación Juan Manuel Diez Franco, el religioso y activista declaró que el funcionario municipal no le puede impedir el derecho de tránsito por lo que advirtió que irá cuantas veces necesite ir, y consideró que esas declaraciones encienden un 'foco rojo' para su seguridad.
"Yo voy a entrar aunque para él yo no sea grato, porque él no es todo el pueblo de Orizaba", sentenció.
Al final, el padre reconoció que es 'una piedrita en el zapato' para algunos gobiernos, para la algunos sectores de la iglesia, para el crimen organizado, y algunos actores políticos, empero eso no lo obligará a dejar de luchas por la defensa de los derechos humanos y defender a las víctimas de la delincuencia.
"Ahorita nadie me garantiza que no sea mi última conferencia de prensa, no sabemos si allá afuera me vaya a pasar algo, pero yo lo digo serenamente que ya desde hace muchos años perdí el miedo, es más fuerte para mí el dolor de escuchar a gente que no encuentra a sus hijos, y por tantas injusticias, que entre guardar mi vida y arriesgarla por las víctimas yo no lo dudo dos veces lo que Dios me dé ya son horas extra", sentenció.