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Rescatan a niños víctimas de explotación laboral en CDMX

Los agresores viajaban constantemente a los estados de Puebla, Veracruz, Chiapas e Hidalgo, donde enganchaban a los niños con la promesa de un trabajo y alto salario, para después traerlos a la Ciudad de México y explotarlos.

La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informó del rescate de ocho personas, entre ellos seis menores de edad, por supuesta trata de personas, en la colonia ExHipódromo de Peralvillo de la delegación Cuauhtémoc.

En un comunicado, la dependencia indicó que los niños eran obligados a trabajar vendiendo dulces y papas fritas en una carretilla, principalmente en las colonias de la misma delegación. 

Los agentes de la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas, realizaron operativos por zonas ubicadas como focos rojos.Fue así como lograron ubicar a los tres menores: dos de ellos originarios de Puebla y uno de Veracruz, además de que rescataron a una mujer de 19 años de edad, quien supuestamente les hacía de comer.

A su vez, agentes investigadores localizaron en calles de la delegación Cuauhtémoc a tres menores de edad, de los estados de Puebla y Chiapas, y a un hombre de 20 años, quienes comercializaban productos comestibles, que trasladaban en carretillas en zonas de la colonia Roma, Zona Rosa o Chapultepec.

La probable responsable quedó a disposición de la institución, acusada del delito de trata de personas por explotación laboral, por lo que se decretó acuerdo ministerial de retención a la mujer y será enviada al Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, donde esperará la audiencia inicial y que un Juez de Control califique de legal su detención y la vincule a proceso.

La mujer junto con su esposo, quien ya es buscado, se trasladaban a los estados de Puebla, Veracruz, Chiapas e Hidalgo, donde enganchaban a personas menores de edad, para traerlas a la Ciudad de México con el objetivo de que trabajaran en la venta de frituras.

Según las investigaciones, los implicados ofrecían a sus víctimas un pago mensual, alojamiento y alimentación, pero cuando comenzaban a laborar se les imponía una renta por concepto de hospedaje y cada quien tenía que pagarse su comida, luego de trabajar de siete a ocho horas diarias, de lunes a sábado.

La Procuraduría de Justicia capitalina advirtió que tres de los menores ya fueron reintegrados a su núcleo familiar, mientras que los otros tres continúan bajo resguardo de la dependencia, donde reciben atención integral para garantizar su bienestar.

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