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Tras 29 años en EU deportan a Jorge; deja esposa e hijos

La esposa del hombre que vivió 29 años en EU explica que ahora todo depende del consulado para saber cuál será el futuro de Jorge García: regresar o quedarse en un país que ni siquiera recuerda,  dijo en entrevista para EF. 

Hace una semana, Jorge García Martínez fue deportado a México luego de permanecer tres décadas en Estados Unidos. Por ello, Cindy García, su esposa, una ciudadana estadounidense, reclama al presidente Donald Trump: "mintió, dijo que se llevaría a los criminales, no a mi esposo".

"Trump dijo una cosa e hizo otra. Él dijo que iba a deportar a los criminales, alguien que llegó aquí e hizo crímenes, pero no hizo eso, se llevó a mi esposo, que nunca hizo nada malo en su vida; es lo que no entiendo. Por qué se lo llevó, si lo único que hizo fue llegar a los 10 años para hacer una vida nueva", cuenta, desde Michigan, a El Financiero.

En entrevista telefónica, la esposa del hombre que vivió 29 años en Estados Unidos explica que ahora todo depende del consulado para saber cuál será el futuro de Jorge García: regresar o quedarse en un país que ni siquiera recuerda.

"Ya me comuniqué con él, no todo el tiempo puedo hablar con él porque no tiene señal de WiFi, pero está deprimido. Es una tragedia lo que nos pasó, que somos ciudadanos americanos y es algo que no podemos entender", cuenta la madre de dos hijos que también tienen la nacionalidad de ese país.

Cindy García destaca que su esposo, de 39 años, trabajaba como jardinero paisajista y no tenía antecedentes criminales. "Él trató de cambiar su estatus migratorio en 2005 al solicitar la residencia con una green card, pero la abogada que teníamos presentó la documentación equivocada", agrega.

Por ese trámite equivocado, desde 2006, García Martínez tenía una orden de deportación, que fue prorrogada por permisos que consiguió ya que no tenía récord criminal.

Ahora, con su esposo "como extranjero en su país", que vive con familiares que le son desconocidos, pues no los había visto desde hace tres décadas, Cindy está segura de que trasladar a toda la familia a México no es la opción.

"Tenemos la idea de que él se va a venir. Nosotros no podemos ir porque estamos enfermos (sus hijos y ella tienen asma); cómo voy a pagar las medicinas, los doctores en México, sin dinero. Yo no me puedo ir porque los doctores aquí saben lo que tenemos, ya saben cómo tratarnos en las citas, aquí es gratis porque tengo seguro. Tengo más privilegios aquí en Estados Unidos que en México", dice.

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