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Peña Nieto y Reina Isabel II encabezan desfile de carruajes

Durante el desfile se pudo ver el carruaje dorado del Jubileo de Diamante, que fue construido especialmente para la reina Isabel II cuando cumplió 60 años en el trono en 2012 y que pertenece a la colección real; sólo es visto en público en ocasiones especiales como visitas de Estado y bodas reales.

LONDRES. Cientos de personas se dieron cita desde temprana hora para presenciar el tradicional cambio de guardia en las inmediaciones del Palacio de Buckingham, seguido de un desfile de carruajes antiguos, encabezado por la reina Isabel II y el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

En un día seminublado y con viento, las banderas de México y Gran Bretaña ondearon en la avenida The Mall que conduce al majestuoso Palacio de Buckingham.

Pero en esta ocasión los turistas, que aguantaron más de una hora en el frío londinense, pudieron presenciar el carruaje dorado del Jubileo de Diamante, que fue construido especialmente para la reina Isabel II cuando cumplió 60 años en el trono en 2012.

El vehículo pertenece a la colección real (Royal Collection) y sólo es visto en público en ocasiones especiales como visitas de Estado y bodas reales.

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El contingente estuvo encabezado por los militares a caballo (Household Cavalry) ataviados con cascos y penachos, que con sus coloridas vestimentas rojiblancas están a cargo de salvaguardar los palacios del monarca en turno.

La reina Isabel II y el mandatario mexicano encabezaron la procesión de carruajes, seguidos de sus respectivos cónyuges, el duque de Edimburgo y Angélica Rivera, quien lució un atuendo blanco.

En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, un tercer carruaje transportó al príncipe Carlos y su esposa Camila, ataviada con un vestido morado, seguido de un contingente de funcionarios del gobierno mexicano.

El contingente desfiló unos metros desde el pabellón real "Horse Guards Parade" -donde tuvo lugar una ceremonia oficial- hacia el palacio real, donde la delegación mexicana mantiene una agenda privada.

La multitud se dispersó una vez que concluyó el cambio de guardia y que los carruajes hicieron su entrada a los portones monumentales de la residencia oficial de la reina Isabel II en esta ciudad.

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