CIUDAD DE MÉXICO.- Verificaciones vehiculares para todo el país, normas de salud más estrictas y un ahorro de 173 mil 827 millones de pesos en atenciones de enfermedades relacionadas con la exposición a contaminantes son algunas de las metas anunciadas ayer por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como parte de la Nueva Estrategia Nacional de Calidad del Aire (ENCA).
Rafael Pacchiano, titular de la Semarnat, señaló que la ENCA "permitirá alcanzar en el año 2030 los límites permisibles de contaminantes recomendados por la Organización Mundial de la Salud".
En conferencia de prensa donde la Semarnat reunió a dependencias federales y secretarios locales, la dependencia explicó que se busca que en todo el país se verifiquen los vehículos, es decir, que se mida su emisión de contaminantes con base en el sistema de Diagnóstico a Bordo.
La subsecretaria de Gestión para la Protección Ambiental, Martha Garcíarivas Palmeros, encargada de explicar la ENCA dijo que "la NOM167, referente a los límites y métodos de prueba para la certificación de emisión de contaminantes de vehículos automotores, en los próximos años, será aplicable en todos los estados de la República mexicana".
Además, señaló que a través de Nacional Financiera se otorgará financiamiento a los estados por más de cuatro mil millones de pesos para renovar el transporte público utilizando tecnologías más limpias y eficientes.
La Semarnat aportará 160 millones de pesos para la conversión a gas natural de vehículos nuevos de transporte público.
Por su parte, el comisionado para la Protección Contra Riesgos Sanitarios, Julio Sánchez y Tépoz, dijo que se endurecerán las normas para control de contaminantes para particular PM10 y PM2.5 -relacionados con enfermedades respiratorias- y con esto se ahorrarán 173 mil millones de pesos en problemas de salud asociados con la exposición a estos contaminantes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, la contaminación atmosférica es la causa de 21 mil muertes prematuras al año, asociadas a padecimientos respiratorios crónicos y agudos. Además, los costos de la mala calidad del aire ascienden al 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).