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Papa Francisco llama a reclusos "a no quedarse presos en el pasado"

En su mensaje en el Cereso de Ciudad Juárez, el pontífice dijo que la misericordia divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte.

En su visita al Centro de Readaptación Social número tres en Ciudad Juárez, el Papa Francisco pidió a los internos, no quedarse presos en el pasado, levantar la cabeza y trabajar para ganar ese espacio de libertad anhelado.

"Celebrar el Jubileo de la misericordia con ustedes es aprender a no quedarse presos del pasado, del ayer. Es aprender a abrir la puerta al futuro, al mañana; es creer que las cosas pueden ser diferentes, celebrar el museo de la misericordia con ustedes es invitarlos a levantar la cabeza y a trabajar para ganar ese espacio de libertad anhelado", dijo el pontífice.

En su último día de gira y en punto de las 11:40 horas el papa llegó al Centro Penitenciario. Lo esperaba la procuradora General de la República, Arely Gómez y el comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales.

Mientras Francisco se dirigía a la capilla del Cereso para dar su mensaje, un grupo de presos que conformaron una banda musical meses atrás para su visita, le entonaron algunas canciones.

En su mensaje el pontífice dijo que "la misericordia divina nos recuerda que las cárceles son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte. Son un síntoma de una cultura que ha dejado de apostar a la vida, de una sociedad que ha ido abandonando a sus hijos".

Asimismo, les dijo que es imposible regresar el tiempo, "lo realizado, realizado esta", sin embargo, "eso no quiere decir que no haya posibilidad de escribir una nueva historia hacia adelante".

"No se olviden que también tienen a su alcance la fuerza de la resurrección. Ahora les puede tocar la parte más dura, más difícil, pero que posiblemente sea la que más fruto genere. Luchen desde acá adentro para revertir las situaciones que generan más exclusión", agregó.

Antes de que el líder de la Iglesia católica hablara, y a nombre de las 110 mujeres que fueron trasladadas del Cereso Femenil número dos, al Cereso tres, y de los casi 4 mil hombres presos en el lugar, la interna Evelia Quintana Molina le dirigió unas palabras al pontífice.

La mujer expresó que su visita es una llamada de misericordia y esperanza para los que cruzan un proceso en la cárcel y que por errores o malas decisiones de su pasado. Dijo que es una luz para los que están dentro y para sus familias. Para aquellos que viven un mundo gris de los que a veces se olvidan que también son seres humanos.

Después de escuchar su testimonio, el máximo jerarca católico saludó uno por uno a un grupo de internos seleccionados por su buena conducta. Dos de ellos le entregaron regalos que le habían preparado dos meses antes. Se trató de una vasija típica de la región paquimé y un báculo de 1.90 metros tallado en cedro.

"No todo ha terminado aquí, solo es una parte de nuestras vidas. Si la vida y nuestros actos nos pusieron en la oscuridad, no es para morir en ella. Gracias por acordarse de nosotros, por su sencillez, por su humildad. Benditos sean los pies que vienen en el nombre de Dios", agregó la interna dirigiéndose a Francisco.

Al ritmo de rap y con aplausos, Francisco salió del penal con dirección al Colegio de Bachilleres, donde se reunirá con empresarios, políticos y trabajadores.

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