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Niega nexo, pero familia del 'Ojos'... en su nómina

Los partidos consideran que por las pobres respuestas de parte de Rigoberto Salgado son suficientes elementos para iniciar el proceso de remoción del cargo. 

CIUDAD DE MÉXICO.- El jefe delegacional en Tláhuac parecía preparado. Ayer, Rigoberto Salgado llegó tres horas antes de su cita para comparecer ante los diputados de la Asamblea Legislativa (ALDF).

Se reunió con la fracción de su partido, Morena, y salió… pero sólo dio parcas respuestas a los cuestionamientos de sus nexos con el crimen organizado, a por qué tenía gente vinculada a El Ojos trabajando para su delegación, y qué había hecho para frenar el crimen.

Por esto, todos los partidos –a excepción del suyo– consideraron que existen los suficientes elementos para iniciar su proceso de remoción del cargo.

Iván Texta, del PRD, pidió al presidente de la Comisión de Gobierno, Leonel Luna, que comiencen el proceso para la remoción del delegado, de acuerdo con el artículo 108 del Estatuto de Gobierno.

"Morena es la verdadera delincuencia en Tláhuac, mienten y engañan para enriquecerse", apuntó durante la comparecencia que duró poco más de cuatro horas.

En la reunión, los diputados presentaron pruebas de que el delegado de Tláhuac había contratado personas vinculadas con Felipe de Jesús Pérez, el capo abatido hace dos semanas por integrantes de la Marina.

El perredista Mauricio Toledo demostró, con actas de nacimiento y documentos, a quienes trabajaban en la delegación.

El delegado respondía lento. Cuando tenía que hablar lo hacía pau-sado, tardaba un minuto en silencio revisando sus tarjetas. Sobre por qué trabajaban estas personas en la delegación, Salgado comentó que se les había contratado "bajo un principio de buena fe, de derecho al trabajo y para un trabajo lícito".

Pero sala también era el escenario de otra guerra, la de pancartas: las del PRD culpando al jefe delegacional del aumento de la criminalidad en Tláhuac; las de Morena, atribuyendo esa responsabilidad sólo al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y a su secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida. En vano los llamados al orden.

Afuera, a su salida y rodeado de cientos de cámaras y reporteros que lo hacían avanzar lento y a tropezones por la calle de Donceles, Rigoberto Salgado dijo que todo el encuentro había sido una emboscada, llena de calumnias, y aclaró que no se va, que no deja el cargo.

"Hay una estrategia para incriminarme. La intención de los diputados ya quedó muy clara", declaró.

Mientras, un centenar de personas gritaba: "¡Tláhuac está contigo!" Aunque Salgado juró y perjuró que él no había traído acarreados a la ALDF.

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