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'Mataviejitas' contrae nupcias en prisión

Juana Barraza Samperio, la 'mataviejitas', se casó con un interno de la penitenciaria de Santa Martha ya sentenciado; autoridades les garantizan la visita conyugal.

CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque está destinada a pasar el resto de su vida en prisión, pues debe cumplir una sentencia de 759 años, por 17 homicidios y 12 robos contra personas de la tercera edad, Juana Barraza Samperio, la Mataviejitas, no estará sola. Desde junio pasado la mujer de 56 años contrajo nupcias con un interno también sentenciado.

Autoridades capitalinas confirmaron que el matrimonio se concretó el pasado 26 de junio como parte de una una boda masiva que se realizó dentro de la campaña "Lazos en Reclusión", auspiciada por el Gobierno del Distrito Federal.

Las autoridades explicaron que el matrimonio no fue espontáneo pues se sabe de una relación sentimental que había desde hace más de un año entre Barraza Samperio y un interno de la penitenciaria de Santa Marta.

Explicaron que ambos internos ejercen plenamente su derecho a la visita conyugal, por lo que alternadamente se les traslada para que puedan tener momentos de convivencia en pareja.

Barraza Samperio fue detenida el 25 de enero de 2006, minutos después de que cometió el último de 17 crímenes que la Procuraduría capitalina le imputó. La víctima, Ana María de los Reyes Alfaro, de 82 años, fue encontrada sin vida en el interior de su domicilio en la colonia Moctezuma, primera sección.

Mientras Barraza Samperio le asestaba varias puñaladas y la estrangulaba con un estetoscopio, un familiar de Ana Mari llegó al domicilio marcado con el número 21 de la calle José I. Jasso, pero la llamada "Dama del Silencio" salió corriendo.

Afuera del inmueble fue detenida por policías de la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) y después se supo que era la mujer que desde 2003 había matado a andinas en el Distrito Federal, las autoridades de pudieron comprobar 17 crímenes.

En abril de 2008 la mujer fue sentenciada a 759 años de prisión. Aquel martes, al medio día, la mujer escucho, tras la rejilla de prácticas del juzgado 69 Penal, la condena que se traduce en una cadena perpetua.

"Que Dios los Perdone, y que mí no me olvide", fueron sus primeras palabras que dijo Barraza Samperio al saber que estaría el resto de su vida tras las rejas. A siete años y tres meses de aquel día, mientras firmaba la hoja del registro civil que la declara formalmente en matrimonio, la mujer vio reflejado el eco de sus palabras.

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