CIUDAD DE MÉXICO.- El conflicto generado por la contingencia ambiental entre el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, y el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, no es otra cosa que una medición de fuerzas entre ambos mandatarios de cara al proceso electoral de 2018, en donde los dos son aspirantes presidenciales.
En lo anterior coincidieron legisladores del PRI, PAN y PRD.
Miguel Barbosa, líder de los senadores del PRD, reconoció que en este jaloneo hay "cálculos electorales" de ambos mandatarios.
Javier Lozano, senador del PAN, consideró que en este encontronazo entre gobiernos "Mancera no mostró ni reflejos ni audacia ni olfato, nada".
Lamentó que el jefe de Gobierno haya asumido la actitud de echarles la culpa a todos los gobernadores y no asumir sus responsabilidades.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Movilidad de la Cámara alta, Jesús Casillas, del PRI, cuestionó que el mandatario capitalino esté tomado decisiones "a bote pronto", como la de anunciar que el servicio de transporte público en la Ciudad de México es gratis durante la contin-gencia ambiental, cuando "lo único que hace es colapsarlo".
La diputada priista mexiquense, Irazema González, coincidió y acusó a Mancera de "improvisar acciones para mitigar la actual contingencia que padecen los ciudadanos del Valle de México".
Por eso "es indispensable que Mancera defina medidas más estrictas para mejorar la calidad del aire y proteger la salud de más de 20 millones de mexicanos que habitan y trabajan en el Valle de México", exigió la también presidenta de la Comisión Legislativa de Recursos Hidráulicos.