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La duda llega a Xochimilco: ¿hoy dónde dormiremos?

La mayoría de las casas del centro resultaron dañadas. Muchas de ellas, inhabitables, según personal de Protección Civil. “No ha venido nadie de las autoridades. Sólo voluntarios. Gracias a dios alcanzamos a salir todos. "

En la época prehispánica, San Gregorio Atlapulco era conocida como "la Tierra del Fango". El pasado 19 de septiembre este pueblo originario de Xochimilco le hizo honor a su vocablo náhuatl. "La tierra se movió como el infierno mismo", recuerda Enrique Páez, comerciante de 59 años, cuya casa quedó derrumbada en un 50 por ciento.

Tras el sismo del martes, los habitantes de esta comunidad se preguntan: ¿dónde vamos a pasar la noche? La mayoría de las casas del centro resultaron dañadas. Muchas de ellas, inhabitables, según personal de Protección Civil.

María Colín Nieto, enfermera de 53 años, reportó grietas en su casa horas después del temblor. Nadie acudió en su auxilio y una parte de su casa se derrumbó ayer.

"No ha venido nadie de las autoridades. Sólo voluntarios. Gracias a dios alcanzamos a salir todos. La verdad es que no hemos visto mucha ayuda. Nos enteramos que no están dejando pasar a San Gregorio, que porque ya hay muchos víveres y brigadistas, pero eso no es cierto. A mí hasta apenas (cinco de la tarde) me están apoyando a remover piedras", lamenta.

San Gregorio fue un ejemplo más de que las redes sociales son útiles en catástrofes naturales. En menos de 12 horas, brigadas de muchas partes de la ciudad acudieron al llamado de auxilio. Tal es el caso de la brigada de la Asociación Deportiva de Combate Medieval, conformada por 12 jóvenes que, al leer en Twitter que se requería apoyo, tomaron picos, palas y esmeriles para la remoción de escombros.

La avenida Xochimilco-Tulyehualco se convirtió en el corredor más recurrido de los brigadistas, esos héroes anónimos que repartieron esperanza entre los damnificados. En las calles era común ver gente con cartulinas pidiendo ayuda. "No tenemos comida, apoyo por favor", se leía en uno. "Nos falta agua", se leía en otra.

Cerca del Mercado de San Gregorio, que resultó con daños en su estructura, había un puesto de médicos egresados de la UNAM, IPN, La Salle y UAM. Curaban desde raspones, hasta esguinces o fracturas.

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