CHIHUAHUA.- A pesar de que el gobernador del estado, Javier Corral criticó fuertemente a los medios de comunicación e incluso restringió tajantemente los convenios de publicidad, el Estado gasta un millón de pesos al mes en la impresión del periódico "Cambio 16", una publicación semanal utilizada para difundir de manera oficial las actividades y proyectos de la administración estatal.
Fue el propio titular de la Coordinación de Comunicación Social de Gobierno del Estado, Antonio Pinedo quien dijo que cada ejemplar de este medio informativo varía en su costo ya que el contenido es cambiante en cada edición, además de que en los últimos seis meses se han contratado a cuatro empresas diferentes para su impresión, sin definir al momento los nombres de las empresas y el monto que se le ha pagado a cada una de ellas.
Así mismo, en una controvertida rueda de prensa en la que encaró a los representantes de los medios de comunicación que cuestionaban al Estado por la reducción en los convenios, el titular de comunicación social anunció que se había reducido en un 70 por ciento el gasto en medios de comunicación desde el inicio de la actual administración, sin limitar las inversiones para este semanario.
En relación a ello, representantes de diversos medios de comunicación de la entidad han criticado la creación de este periódico, argumentando que el gobernador ha adoptado una actitud de privilegio político para el espacio que fundó desde su campaña como aspirante al gobierno estatal, en donde difundía su plataforma electoral.
Uno de los comunicadores que decidió criticar esta acción gubernamental fue Oscar Cantú, director del periódico "El Norte de Juárez" quien mediante un desplegado en el que anunció el cierre de este medio impreso argumentando la falta de garantías para los periodistas tras el homicidio de Miroslava Breach, el pasado 23 de marzo, habló de la estatización de la información y el derroche de recursos económicos para la impresión del periódico "Cambio 16".
Sin embargo, dijo apoyar la propuesta de suspender las millonarias sumas por conceptos publicitarios que se entregaban a algunos medios de comunicación, además de contar con reporteros que fungían como proveedores del Estado.