CIUDAD DE MÉXICO.- Una parte de la juventud mexicana está dispuesta a pasar más de 15 horas en el mismo punto por observar unos segundos al papa Francisco.
Se describen como cualquier persona de su edad: jóvenes que cumplen un horario de trabajo, salen a fiestas, tienen pareja y pasan tiempo en las redes sociales; con la única diferencia que desde hace más de un mes ellos se preparan para contener y animar a los fieles al margen de las vallas.
María Guadalupe Ramírez tiene 24 años, es contadora y dirige una agrupación de jóvenes católicos que lleva a cabo acciones a favor de la sociedad. Cuenta a El Financiero que ella será una de las 290 mil personas que formarán las vallas en la Ciudad de México y que en su capacitación les han dado incluso primeros auxilios.
"Nos han dicho que debemos de tener mucha paciencia, porque nosotros vamos a estar desde las cinco de la mañana ahí parados, y debemos ser amables y entender que la gente va a estar eufórica. Pero debemos de dirigir su emoción, para que se disperse en gritos", cuenta.
Describe a la juventud como un grupo inquieto y alegre que también ya está cansado de tantas injusticias.
Rafael De Legorreta también participará en las vallas. Es ingeniero, tiene 29 años y dirige una asociación de educación sexual. Dice que como a todos los de su edad, le gusta salir "y echar relajo".
Espera que el Papa les hable fuerte, "con franqueza, como él es. Que nos diga que salgamos a las calles a hacer algo, que nos ensuciemos las manos, que no sólo seamos católicos de iglesia y de oración".