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'Emilio' usaba con sus plagiados códigos de luz, textos, francés...

En la declaración ministerial de Nancy M. K, rendida a 24 horas después de la aprehensión del Comandante Emilio, contó que los plagiarios cuidaban cada detalle para evitar su identificación y vestían overoles blancos, portaban mascarillas antigas. 

SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Nancy M. K., cuyo secuestro se atribuye al exguerrillero chileno Raúl Julio Escobar Poblete, Comandante Emilio, describió así la forma de operar del grupo que la privó de la libertad durante 78 días, en San Miguel de Allende, Guanajuato:

"Vestían overoles blancos, portaban mascarillas antigas, se cubrían el rostro, usaban "lentes raros" y guantes "con puntos en los dedos". Iban con armas "como las de las películas", y sólo se comunicaban con ella por escrito o mediante códigos de luz. "Me entregaron una hoja con un texto, todo en español, y era un código de luces; éste decía que cuando se prendiera y apagara la luz es que ellos iban a entrar y yo tenía que ver hacia la pared del fondo", narró la mujer.

En su declaración ministerial, rendida el 31 de mayo pasado, 24 horas después de la aprehensión del Comandante Emilio, contó que los plagiarios cuidaban cada detalle para evitar su identificación.

A los utensilios de limpieza le quitaron rótulos o etiquetas; además, la monitoreaban las 24 horas mediante micrófonos y cámaras.

Nacida en Francia y casada con un estadounidense, Nancy M. K. aseguró que sus captores la amenazaron con violarla o mutilarla para presionar a su esposo Alain a que pagara un millón de dólares.

"Les dije que mejor me cortaran el dedo", fue la súplica de la mujer. Y así fue: le cercenaron parte del dedo meñique izquierdo.

Nancy M.K. narró que una vez que le inyectaron tres dosis de lidocaína, fue obligada a acostarse boca abajo y con los brazos abiertos. Sintió un metal, aparentemente un cincel, y luego dos fuertes martillazos. Vio que uno de los plagiarios la grababa con un teléfono. Al incorporarse observó su mano izquierda ensangrentada y ya sin parte de su dedo. "Me dijeron que enseñara mi dedo. Yo estaba en estado de shock, no sabía ni qué hacer, dejaron que escurriera mi sangre y terminaron el video, me inyectaron el brazo y perdí el conocimiento", relató Nnacy, quien reveló que sus captores la vejaron en más de una ocasión.

Comentó que durante las casi mil 900 horas que estuvo aislada, escuchó en pocas ocasiones las voces de sus plagiarios, quienes ponían música para confundir. Sólo una vez se dirigieron a ella y fueron tres palabras en francés.

Recordó que el día de su secuestro, lunes 13 de marzo, al caminar por la calle, un hombre se le paró enfrente y tapaba su rostro con un ramo de flores de papel. De pronto le dijo: "Des fleurs, madame" (flores señora). La distrajo y fue sorprendida y subida a una camioneta; ante la resistencia le gritaron, también en francés, "¡silencio!".

Otra ocasión que escuchó a sus secuestradores fue el 31 de mayo, dos días después de que le mutilaron el dedo y horas antes de ser liberada. "Escuché claramente que dijeron que habían detenido a Ramón (Comandante Emilio)", dijo.

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