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'Dreamer' mexicano: de ilegal a aspirante al Premio de Ciencias

Israel Reyes Gómez es un indocumentado que soñaba con ser científico. A los 18 años la escuela Louisiana State University lo aceptó, le dio una beca. Sin embargo, en busca del “sueño americano” por el desierto; la Patrulla Fronteriza lo deportó. 

CIUDAD DE MÉXICO.- Con 300 dólares en el bolsillo y una carta de aceptación para estudiar ciencias exactas en una universidad estadounidense, Israel Reyes Gómez inició su historia en Estados Unidos hace 26 años. Un indocumentado que quería ser científico.

Reyes Gómez vivió su infancia en Chiconautla, Estado de México, pero desde niño descubrió su interés por las ciencias, lo que desarrolló en su ingreso a la Vocacional número 4, en Constituyentes.

En esa escuela, un profesor lo motivó para que fuera a la embajada de Estados Unidos para hacer un examen que lo colocara en alguna universidad. El resultado: Louisiana State University lo aceptó, le dio una beca y una carta de aceptación. "Pero me pedían cinco mil dólares, para mí en ese tiempo era muchísimo, podía comprar 10 casas en Chiconautla. Entonces una tía con la que crecí parcialmente me dio 300 dólares. Con eso me fui a la Central del Norte y luego… crucé el desierto", cuenta a El Financiero.

A los 18 años salió en busca del "sueño americano" por el desierto; la Patrulla Fronteriza lo encontró y lo deportó. El mismo día que llegó a México volvió a intentarlo, ahora por el río, lo logró, pasó por San Antonio, luego California, Phoenix, Colorado… todo el trayecto lo realizó en 30 días.

Llegó a la Universidad con la carta de aceptación, pero como no tenía ni los documentos de estancia en el país ni el dinero para la inscripción, su incursión en la universidad fue "a escondidas". Cursó sus primeros meses como oyente. Nadie se percataba de que no estaba inscrito, asistía a clases como cualquier estudiante hispano, pues también trabajaba; era barrendero.

"Me descubren, pero se dan cuenta de que era una persona dedicada al estudio y entonces me abren las puertas. Después de ahí empecé a trabajar en el área financiera. Cuando tenía 23 años, creé mi primer software que utilizaron las agencias de investigación de Estados Unidos y ahí se me quedó que todo lo que uno aprende hay que comercializarlo", explica.

Hoy, el hombre de 45 años está al frente de una multinacional en Nueva Zelanda y además de crear sistemas de seguridad para distintos corporativos en el mundo, emprendió un proyecto con estudiantes del IPN para que vivan de "vender su conocimiento", creando software. "Estoy reclutando jóvenes, enseñándoles las tecnologías que he visto en Estados Unidos, Europa, Asia, Nueva Zelanda y decir aquí lo podemos hacer y hacerlo mejor", dice.

Ahora, Israel Reyes es candidato al Premio Nacional de Ciencia y Tecnología y como sabe lo que es vivir en la periferia mexicana, luego como indocumentado y como un dreamer en Estados Unidos, en caso de ganar el galardón, donará el reconocimiento económico al IPN, a Red Viral y a New Comienzos. "Me identifico muy bien con todos, yo sé lo que es irse a estudiar con un plátano o no tener dinero para el camión; con los dreamers, porque sé lo que es vivir en Estados Unidos y que te traten como ciudadano de segunda", cuenta.

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