Desde su encierro, 'El Chapo' forjaba pactos con rivales

CIUDAD DE MÉXICO.- Autoridades federales revelaron un informe que se le hizo a Joaquín El Chapo Guzmán durante los casi 17 meses que estuvo preso en el penal federal de máxima seguridad de El Altiplano –del cual se fugó el sábado–, en el que se advierte que el capo logró alianzas con grupos antiguamente rivales.

El documento de inteligencia –al que El Financiero tuvo acceso– describe al capo como conciliador y adepto a los acuerdos entre grupos criminales.

"Como líder ha sido responsable de estrategia de expansión territorial y de negocios a nivel nacional e internacional de la organización (Cártel de Sinaloa), privilegiado las alianzas...", apunta el reporte.

Indica que pactó con Miguel Ángel Treviño, líder de Los Zetas, detenido en julio de 2013 y quien se encuentra en el área de Tratamientos Especiales del Altiplano.

Insisten en que El Chapo tiene como característica particular una tendencia a las alianzas entre grupos criminales, ya que su visión del tráfico de drogas es más desde el punto empresarial que delictivo; incluso, prohíbe a su gente desviar sus actividades a otros ilícitos.

"Ha impuesto como línea de operación el narcotráfico, prohibiendo (entre su gente) la comisión de delitos en contra de la sociedad, como secuestros, extorsión y robo", especifica el documento.

Recuerda que al ser reaprehendido, el líder del Cártel de Sinaloa ya tenía tres condenas por diversos delitos relacionados con los procesos penales 89/93 en Jalisco; 30/96 en el Estado de México, y 85/93 en el Distrito Federal.

Además, estaba implicado con seis procesos por delitos federales y contaba con 11 mandamientos judiciales y tenía relación con 27 averiguaciones previas ligadas al tráfico de drogas.

Se presume que tras su detención sus hijos Ovidio y Archivaldo, así como su hermano José Aureliano, habrían quedado como sus representantes personales en los negocios.

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STRATFOR COINCIDE

La firma de Inteligencia estadounidense Stratfor coincide con las autoridades de la Marina, al indicar que la fuga del capo "tiene poco significado para el crimen organizado en México".

"Las fuerzas que impulsan la evolución de la delincuencia organizada y su impacto en la sociedad en México, son simplemente más grandes que cualquier jefe criminal único", apuntó.

Tras su fuga, indicó la consultoría, Guzmán podría tratar de volver a consolidar "el control que una vez tuvo sobre las actividades del crimen organizado en México, pero sus anteriores esfuerzos fracasaron y la tarea sería aún más difícil, ahora que su red se ha vuelto todavía más escuálida" .

Señaló que "los grupos que operaban en áreas como Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Baja California —zonas que alguna vez fueron parte de la red criminal de El Chapo— ya estaban actuando de manera autónoma y algunos de ellos ya estaban combatiendo entre sí".

"El arresto de Guzmán y la posterior captura de algunos de sus lugartenientes solamente aceleraron esta tendencia", señaló.

Según Stratfor, los dominios que fueron controlados por los jefes del crimen con sede en Sinaloa durante décadas, están controlados ahora por otros grupos, entre ellos el Cártel de Jalisco Nueva Generación, que se expandió desde la región de Tierra Caliente, y La Línea, que era parte del Cártel de Juárez.