ZACATECAS.- El Congreso de Zacatecas aprobó reformas a los códigos familiar y de Procedimientos Civiles para prohibir el matrimonio a menores de edad.
La reforma, presentada por la legisladora María Hilda Ramos Martínez, establece que solo los mayores de 18 años de edad puedan contraer matrimonio y se elimina la posibilidad de que exista dispensa por parte del Juez del Registro Civil o quienes ejerzan la patria potestad otorguen su consentimiento.
El Código Civil Federal fija como edad mínima para contraer matrimonio 16 años los hombres y 14 años las mujeres; sin embargo, las entidades han legislado en la materia de acuerdo a sus necesidades locales.
En Coahuila, Distrito Federal, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, México, Michoacán, Oaxaca, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sonora y Tlaxcala, se establecen 18 años para hombres y mujeres.
En Baja California Sur se fijó los 18 años en los hombres y 16 años en las mujeres; en Aguascalientes, Chiapas, Jalisco, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Puebla y Tabasco la edad mínima para el matrimonio es de 16 años.
A su vez, en Baja California, Campeche, Colima, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán la edad mínima se fijó en 16 años para los hombres y 14 años las mujeres.
La legisladora argumentó que es tiempo de terminar con el matrimonio infantil "y sus efectos nocivos".
Puntualizó que el matrimonio infantil tiene diversas repercusiones entre las que se encuentran la separación de la familia, el confinamiento al trabajo en el hogar, los malos tratos, esclavitud, prostitución, violencia, relaciones sexuales forzadas y sin información, entre otras.
Por lo tanto, argumentó que era necesario erradicar esta práctica, que además de los daños que causa a los menores de edad en su persona, afecta al matrimonio como elemento básico de organización social," como un medio para lograr el orden y la paz sociales".
"El matrimonio en el que al menos uno de los contrayentes es menor de 18 años, y que tiene sus raíces en la discriminación contra las mujeres, violenta los derechos humanos de niñas y niños; amenaza seriamente sus vidas, educación y perspectivas futuras; vulnera su protección porque se les arroja a asumir los roles típicos del matrimonio, poniendo en riesgo su bienestar dado su precario desarrollo físico y emocional", explicó.