CIUDAD DE MÉXICO.- Al concluir su sexenio, el gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno –calificado por los colimenses como el peor de la historia–, heredará al próximo mandatario interino conflictos de tipo social, político y económico.
Son diversos los sectores de la población que han repudiado al gobierno de Anguiano por la falta de una política decidida, de transparencia, así como por la colocación de sus allegados en puestos claves bajo el compadrazgo y amiguismo.
Un clima de inseguridad –en el que se dispararon los índices de homicidios, robos y la disputa de cárteles de droga por el territorio– abona al escenario de incertidumbre que se vive en la entidad, sin dejar a un lado investigaciones inconclusas y sin resolver de atentados contra exgobernadores: el asesinato de Silverio Cavazos, en 2010, y recientemente la agresión contra Fernando Moreno Peña.
Del "Colima Late Para Todos" –eslogan de su administración–, así como de los premios otorgados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) al gobierno "eficiente", sólo queda la estadística de 24 mil personas en pobreza extrema, diversas alertas de Estados Unidos para que sus connacionales no visiten el estado, así como una economía paralizada por la deuda pública reconocida, que supera los 3 mil 900 millones de pesos.
ECONOMÍA ESTANCADA
El déficit financiero de mil 598.5 millones de pesos, reconocido por Anguiano a causa del mal manejo de recursos federales por parte de su gabinete, provocó el despido de al menos mil 100 trabajadores de diferentes áreas de la administración estatal.
En tanto, las Cámaras empresariales han venido manifestando su indignación por la deuda con proveedores, que oscila en los 228 millones de pesos, y con instituciones bancarias a corto plazo por el orden de los 468 millones.
Esta situación, provocó que algunas empresas cerraran por falta de liquidez y otras despidieran personal como medida de austeridad, señaló la Coparmex.
CORRUPCIÓN
El tema de la corrupción al interior del gobierno estatal es otro de los más señalados y que ha causado indignación entre la sociedad, muestra de ello es que la Auditoría Superior de la Federación denunció siete veces al gobierno de Colima ante la PGR porque simuló reintegrar recursos de fondos federales que desvió a otros rubros.
Los recursos son de los fondos de Aportaciones para los Servicios de Salud, para la Educación Básica y Normal y de Aportaciones para la Seguridad Pública, entre otros.