CIUDAD DE MÉXICO.- Un análisis del gobierno federal realizado en julio pasado advierte que cerca de 100 grupúsculos, producto de escisiones y rupturas de grandes cárteles, son responsables casi de la mitad de los homicidios dolosos en el país.
A la fecha el gobierno federal ha detenido a 103 de los 122 objetivos prioritarios que se planteó al inicio de la administración, en su mayoría cabezas de grandes cárteles, que hoy enfrentan un relevo generacional.
Y es que hijos de capos que encabezaron esas organizaciones hoy buscan su reorganización. Un ejemplo son los hijos de Joaquín Guzmán, El Chapo, quienes pretenden retomar las riendas del imperio de su padre, recapturado en enero de 2016 y actualmente detenido.
De acuerdo con informes de la DEA, agencia antidrogas del Gobierno de Estados Unidos, el único cártel que ha tenido una verdadera expansión en los últimos años es el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El CJNG tiene presencia en 17 estados de la República y la disputa diaria de los territorios podría ser un factor, que no el único, del incremento de la violencia en México, dijo a El Financiero Alejandro Hope, analista en temas de seguridad.
Ejemplo de esas bandas criminales creadas por la ruptura de un cártel son Los Tequileros, que encabeza Raybel Jacobo de Almonte, con influencia en Guerrero y Morelos, a quien se acusa de decenas de crímenes ocurridos en esa región en los últimos meses.
El fiscal de Guerrero, Xavier Olea Peláez, aseguró que tan sólo en esa entidad hay 50 pequeños grupos criminales, escisión de los cárteles de la droga.
"Son muchos, pero evidentemente no hay un grupo grande, entonces se pelean por el control de la droga en la Montaña baja y Tierra Caliente, principalmente por la heroína, la goma de opio, que se convierte en heroína", dijo recientemente.
En Tamaulipas, por ejemplo, se tiene identificado al Cártel del Noreste (CDN) o Los Laredo, escisión de Los Zetas, que pelea el territorio al Grupo Zetas Vieja Escuela o Grupo Zetas Bravos.
Otros subgrupos que operan en la entidad son Los Ciclones, Los Metros, Los Kalimanes, Los Escorpiones, Los Dragones, Los Fresitas, los Rs, Los Jaguares, que algún tiempo pertenecieron al Cártel del Golfo.
También hay grupos similares en Baja California, Sinaloa, Michoacán, Chihuahua, Coahuila, Jalisco o Nuevo León, entre otras entidades consideradas como focos rojos por la alta incidencia de homicidios.
Esas organizaciones criminales, en su mayoría pertenecieron a los cárteles de Sinaloa, Arellano Félix, Juárez, Golfo, Zetas, Beltrán Leyva, Familia Michoacana o Caballeros Templarios, los cuales fueron debilitados o fragmentados, tras la captura o muerte de sus principales líderes.