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AMLO y Ebrard privilegiaron a los autos privados y del Metro... sólo la L-12

Gobiernos del PRD destinaron gran parte del gasto y la inversión pública a aumentar la infraestructura que promueve el uso de vehículos privados, con distribuidores viales, pasos a desnivel y segundos pisos. 

CIUDAD DE MÉXICO.- Los gobiernos del PRD de Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard privilegiaron la movilidad en la capital orientada a los automovilistas, al destinar gran parte del gasto y la inversión pública a aumentar la infraestructura que promueve el uso de vehículos privados, con distribuidores viales, pasos a desnivel y segundos pisos, en detrimento del transporte público, en especial el Metro.

Entre 1997, cuando llega Cárdenas como el primer jefe de Gobierno electo de la capital, y el 5 de diciembre de 2012, cuando deja el cargo Marcelo Ebrard, sólo se contruyó la Línea 12, de Mixcoac a Tláhuac. Fue inaugurada en octubre de 2012, pero tuvo que ser cerrada poco tiempo después por las graves irregularidades de construcción que se detectaron y pusieron en peligro la vida de su casi medio millón de usuarios.

La Línea B del Metro –Buenavista-Ciudad Azteca– fue inaugurada por Rosario Robles; sin embargo, la construcción la iniciaron Manuel Camacho Solís y Óscar Espinoza Villarreal y la entregaron al 49%.

El urbanista Joaquín Álvarez Ordóñez, director de Obras Públicas con los exregentes Alfonso Martínez Domínguez y Octavio Sentíes durante la Presidencia de Luis Echeverría, critica las megaobras viales que iniciaron con Andrés Manuel López Obrador, responsables del caos vial.
"Fue un error haber hecho el segundo piso, porque no se amplió el Metro, que hubiera transportado a millones de personas; no se puede transportar a millones de coches. Se cometen muchos errores de visión política", dijo a El Financiero.

Así, mientras entre 1977 a 1997 la red del Metro se expandió a un ritmo superior a 10 kilómetros por año, a partir de la llegada de los gobiernos perredistas disminuyó considerablemente.

Andrés Manuel López Obrador había encargado a César Buenrostro, secretario de Obras y Servicios, que revisara el Plan Maestro del Metro, con el fin de iniciar la construcción de la Línea 12 del Metro.

Sin embargo, en el camino se apareció José María Riobóo, y convenció a López Obrador de que olvidara las ampliaciones del Metro y se enfocara a megaobras viales, entre ellas los segundos pisos
–la su edificación fue entregada al Grupo Riobóo, del cual es socio–.

Luego de que tampoco Alejandro Encinas se interesara en construir más Metro, Marcelo Ebrard, retomó la ampliación de la red con la la Línea 12, inaugurada en octubre de 2012. Sin embargo, se dejaron pasar múltiples irregularidades en trenes, vías y calidad de la materia prima, que pusieron en riesgo la vida de medio millón de usuarios.

El actual jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, se vio obligado a suspender el servicio en marzo de 2014 por esas fallas.

Veinte meses después fue reabierta, con un costo total, entre construcción y reparación, de 41 mil 300 millones de pesos.

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