CIUDAD DE MÉXICO. La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) pidió información sobre la construcción de una zona naval en Milpa Alta.
El diputado del Movimiento Ciudadano (MC), Armando López Campa, recordó que "el Estado mexicano no puede imponer en tierras comunales de Milpa Alta cuarteles ni proyectos que afecten a la población. Las tierras son propiedad de quienes habitan en aquella delegación y la comunidad nunca permitirá que se establezcan en su territorio ninguna base naval de la Marina".
En un punto de acuerdo aprobado por unanimidad, la ALDF solicitó al Oficial Mayor de la Secretaría de Marina, Armando García Rodríguez, al jefe Delegacional en Milpa Alta, Jorge Alvarado Galicia; al secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Felipe de Jesús Gutiérrez; y al Consejero Jurídico y de Servicios Legales del GDF, Manuel Granados Covarrubias, un informe de la situación jurídica y administrativa que guarda el predio ubicado en el poblado de San Bartolomé Xicomulco, donde se pretende construir una base naval.
Al fundamentar la propuesta, López Campa recordó que el pasado 8 de octubre, fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo por el que se destina a la Secretaría de Marina una superficie de 7 mil 361.67 metros cuadrados en el poblado de San Bartolomé Xicomulco, delegación Milpa Alta, a efecto de que se utilice con instalaciones de inteligencia y bodegas para el resguardo de material naval.
Planteó que el 17 de octubre de 1952 en el Diario Oficial de la Federación se publicó la resolución presidencial sobre el conflicto por límites, confirmación y titulación de terrenos comunales en Milpa Alta, quedando sujetos, por lo que se refiere a su régimen administrativo, a las disposiciones relativas al Código Agrario.
Informó que los comuneros de Milpa Alta temen que los gobiernos federal, de labciudad de México y delegacional pretendan imponer la construcción de la Zona Naval en más de siete hectáreas de tierras comunales que implicaría para los habitantes de los nueve pueblos de esa demarcación, la pérdida del dominio, posesión, uso y disfrute de la propiedad comunal que les pertenece desde tiempos prehispánicos.
También manifestaron su temor de que la base propicie una mayor urbanización del suelo de conservación, el surgimiento de nuevos asentamientos humanos irregulares y la destrucción de ecosistemas naturales que son fundamentales para la recarga de los mantos acuíferos de donde se extrae más del 71 por ciento del agua potable que se consume en la Zona Metropolitana de la ciudad de México.