CIUDAD DE MÉXICO.- La pretensión de Donald Trump de que México pague el muro es similar a la decisión, en 1847, del presidente James K. Polk, quien quiso imponer que México le vendiera Nuevo México y otros territorios.
De acuerdo con el investigador Gustavo Vega, del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México (Colmex), ambas decisiones no tienen racionalidad política ni económica, ningún sustento jurídico o legal y ninguna legitimidad, sino sólo es el "poder brutal".
En entrevista, el estudioso de la relación México-Estados Unidos considera que los estadounidenses tienen legalmente la posibilidad de cerrar la frontera y construir el muro, símbolo de enemistad del cual ya existen 750 millas construidas, pero el problema es que quieren que México lo pague.
"Esa no es una manera de negociar, sino es una imposición. Una negociación es para que los dos países ganen. Polk nos lo impuso", sentencia.
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