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Pacientes del Hospital General de Cuernavaca, en el piso

Pacientes del hospital son atendidos en el suelo, mientras que a sus familiares se les pide que compren fuera medicamentos o material de curación que no hay en la farmacia del nosocomio.

CUERNAVACA.- El Hospital General de Cuernavaca Dr. José G. Parres, cuya población objetivo es de más de medio millón de los más pobres, y el cual depende del gobierno de Graco Ramírez, se encuentra en el abandono.

A falta de camas y salas adecuadas, los pacientes permanecen recostados en el suelo, a sus familiares los mandan a la farmacia a comprar medicamentos tan básicos como Omeprazol o vasos para muestras de orina, "porque aquí no tenemos".

En un recorrido por este hospital, El Financiero pudo observar las carencias y las limitaciones de los médicos, enfermeras y trabajadoras sociales que, aunque hacen su mejor esfuerzo, la precariedad los rebasa.

Hace unos días, funcionarios de la Secretaría de Salud del estado, en conferencia de prensa, señalaron que este hospital cuenta con un abasto de medicamentos y material de curación cercano al 90 por ciento; pero al ver la farmacia y salas de curación, se aprecia que están vacíos. No hay nada.

La situación en las salas de espera para pacientes que ya se les administra algún tratamiento, no es mejor. Es un cuarto de cuatro por 18 metros; ahí meten a cerca de 15 pacientes que son sentados en sillas de plástico… si alcanzan lugar. Aún con el suero puesto, esperan durante horas su turno para que el médico los atienda o para que les practiquen análisis.

Las salas de espera para los familiares de los enfermos llegan a ser insuficientes, por lo que es común ver a las personas sentadas en la calle, en las banquetas, esperando a que les den informes sobre la salud de su enfermo. Los sanitarios están llenos de suciedad, algunos muebles están rotos y el agua se fuga desde hace meses por algunas tuberías rotas.

En la recepción se aprecian varias computadoras que en la parte de arriba del monitor les han puesto una hoja de papel blanco con la leyenda: "No sirve".

Así, con lo que tienen a su alcance y muchas veces con dinero de su bolsillo, médicos y enfermeras atienden a diario a no menos de 150 enfermos que llegan desde distintas poblaciones de Morelos, que no cuentan con IMSS o ISSSTE.

Ante este escenario, el gobierno de Graco Ramírez, mediante un comunicado, señaló la semana pasada que "la administración sí se preocupa por la salud de los morelenses", y que "el abasto de medicamentos y materiales de curación es casi del 90 por ciento".


CONSULTAS PROGRAMADAS

Ayer, un paciente llegó a consulta de urgencias. Tras varias horas, fue diagnosticado con "una hernia inguinal derecha (indirecta)", por lo que fue canalizado al segundo nivel del hospital (especialidades). El paciente tuvo suerte, pues su consulta con el especialista será el 1 de junio próximo.

Hay otros enfermos, por ejemplo quienes padecen de alguna cardiopatía, cuyas consultas tardan entre seis y siete meses, pues el único cardiólogo con el que cuenta el hospital está siempre saturado.

Otros casos, como pacientes con síntomas de pie diabético, no tienen tanta suerte, pues el angiólogo con el que cuenta el hospital es actualmente el subdirector, y no tiene tiempo de atender consultas.

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