Ganar las elecciones presidenciales francesas puede haber sido la parte fácil para Emmanuel Macron.
Ahora, el presidente electo de 39 años, quien derrotó a Marine Le Pen, del Frente Nacional de extrema derecha, con un rotundo 65 por ciento de los votos, tiene cinco semanas para convertir su movimiento político de un año, En Marche! —o ¡En marcha!— en un vehículo capaz de ganar una mayoría, o al menos obtener suficientes escaños en el Parlamento para gobernar o formar una coalición.
Sin eso, Macron podría verse convertido en una figura decorativa desde el principio, incapaz de poner en práctica sus promesas de campaña de modernización económica. Eso a su vez podría animar a los populistas que Francia ha logrado mantener a raya esta vez, pero que quizá no pueda volver a hacerlo.
El margen más estrecho de victoria sobre el Frente Nacional en comparación con las elecciones anteriores demuestra que los partidos que consideran central el papel de Francia en la Unión Europea tal vez no tengan muchas más oportunidades.
"El mayor desafío de Macron ahora es ganar la batalla por el Parlamento", dijo Dominique Reynié, profesor de política de Sciences Po, en una entrevista. "En el sistema francés, si no tiene mayoría, sólo tendría poder limitado, se convertiría en monarca constitucional. Si tiene su propia mayoría, tendría todos los poderes que la Quinta República otorga al presidente".
Los franceses vuelven a las urnas el 11 y el 18 de junio para elegir a sus 577 miembros del Parlamento. Aunque todas las elecciones presidenciales francesas recientes han estado seguidas por un control mayoritario del partido ganador, necesario para nombrar el gabinete y aprobar leyes, el resultado esta vez ha sido oscurecido por la falta de una base establecida para Macron.
"La idea desde 1958 de que cualquiera que sea elegido presidente tendría una mayoría gobernante está a punto de ser destrozada", dijo Nicolas Lebourg, investigador de política de la Universidad de Montpellier. "Todo lo posible ha ocurrido hasta ahora en esta elección, y cualquier cosa puede suceder. Pero es bastante seguro que será difícil para En Marche! ganar una mayoría".
"SITUACIÓN INGOBERNABLE"
Macron, cuyo movimiento político fue creado hace apenas un año, está intentando armar su lista de candidatos para las elecciones legislativas, una tarea que él ha complicado prometiendo una paridad absoluta de género y prometiendo que la mitad de sus candidatos vendrán de fuera de los círculos políticos.
"No veo la aparición de una mayoría clara", dijo Jérôme Fourquet, director del departamento de opinión de la firma encuestadora Ifop. "Podríamos estar yendo hacia una situación ingobernable. En el mejor de los casos, En Marche! tal vez podría componer una mayoría operativa con algunos partidos centristas más pequeños".
Cada presidente francés desde 1981 ha venido de los partidos tradicionales: los socialistas o los gaullistas de centroderecha, ahora rebautizados los republicanos. Con el desplazamiento de sus candidatos en la primera ronda, están sumidos en la confusión según avanzan a las elecciones legislativas.
Al Frente Nacional nunca le ha ido bien en estas elecciones, y Jean-Luc Mélenchon, apoyado por los comunistas, impulsado por su respetable cuarto lugar en la primera ronda, está presentando una lista completa de candidatos a través de su partido Francia Insumisa.
Hasta ahora, sólo se ha realizado una encuesta parcial sobre las elecciones parlamentarias.
OpinionWay dijo el 3 de mayo que En Marche! ganaría entre 249 y 286 escaños; los republicanos y sus aliados, de 200 a 215; los socialistas, de 28 a 43; el Frente Nacional, de 15 a 25, y la extrema izquierda de seis a ocho. Pero la encuesta sólo cubrió los 535 escaños de Francia continental, con excepción de los 42 escaños restantes para Córcega, los departamentos de ultramar, y franceses que viven en el exterior.