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Vicepresidente argentino acusado de corrupción, a declarar

Amado Boudou se presentará el próximo viernes ante la justicia, por primera vez desde que el viernes 27 fuera procesado por negociaciones incompatibles con la función pública.

BUENOS AIRES.- El vicepresidente de Argentina, Amado Boudou, declarará el próximo viernes ante la justicia, por primera vez desde que el pasado día 27 fue procesado por cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública.

El juez Ariel Lijo emitió este lunes una citatoria para Boudou, quien ya había solicitado ampliar su declaración indagatoria antes de que se confirmara un procesamiento histórico, porque es el primer vicepresidente argentino imputado en pleno ejercicio de sus funciones.

La historia que conmueve a la política local comenzó en abril de 2012, cuando un programa de televisión denunció que Boudou había intervenido cuando era ministro de Economía para el rescate financiero de la imprenta Ciccone.

De acuerdo con la investigación, Boudou después compró parte de la empresa con prestanombres y logró que obtener contratos millonarios para la impresión de billetes y boletas electorales con el Estado y con el partido gobernante, el Frente para la Victoria.

Este caso se ha convertido en el escándalo más grave de corrupción del gobierno kirchnerista, aunque en realidad la pena máxima que se le podría dar si llega a juicio es de seis años de prisión.

La oposición ya anticipó que promoverá un juicio político en contra de Boudou para retirarle los fueros parlamentarios de los que goza porque en su calidad de vicepresidente de la Nación, preside el Senado.

Algunos opositores insisten en que debe pedir licencia o renunciar, mientras otros apuestan a someterlo a un juicio político, que confían podría ser apoyado incluso por legisladores oficialistas, dado el daño que ha causado a la imagen del gobierno.

Boudou, a quien se le abrió proceso el viernes por la noche, mientras se encontraba de gira oficial en Cuba, ya anticipó que no dejará el cargo, además de que sus abogados apelarán el fallo de Lijo, por lo que el inicio de un juicio todavía es lejano.

La presidenta Cristina Fernández, por su parte, ha elegido el silencio y no ha salido a defender a su vicepresidente, aunque funcionarios del gobierno han descartado ya que lo vaya a echar, porque eso sería una concesión a los opositores.

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