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Venezuela recurre a bitcoins ante escasez de dólares e hiperinflación

En el marco de una inflación calculada de mil 600 por ciento para este año, los venezolanos han optado por el intercambio de bitcoins, aunque es una practica perseguida. 

La hiperinflación y la escasez de dólares han hecho que aparezca en la economía venezolana el mercado de bitcoins, la moneda electrónica.

La situación se sintetiza en que una Big Mac cuesta la mitad de un mes de salario, en el marco de una inflación calculada de mil 600 por ciento para este año, señala un artículo del mes de septiembre de la revista The Atlantic.

Por esa situación para miles de venezolanos el intercambio de bitcoins (minería, en la jerga específica) se ha vuelto una opción.

La rentabilidad de este tipo de aún novedosas operaciones depende de dos factores: el valor en el mercado de esta criptomoneda, que sigue a la alza, y el costo de la electricidad.

El costo de la electricidad es muy importante ya que el comercio de bitcoins se basa en computadoras y softwares especializados que usan mucha energía eléctrica, un factor a tomar muy en cuenta.

Pero en Venezuela el costo de la electricidad no es un problema grave, ya que las tarifas se encuentran subsidiadas, lo que reduce los costos y mantiene la rentabilidad.

Gracias a la rentabilidad del bitcoin y el bajo costo de uno de sus principales insumos, la electricidad, un "minero" -como se llama al operador de la criptomoneda- puede hacerse de hasta 500 dólares al mes, una pequeña fortuna en el país andino.

Ahora el Gobierno venezolano ha comenzado a pensar esta actividad, usando los castigos como un "chivo expiatorio" de corte político.

Ante la carencia de leyes que regulen el mercado de criptomonedas en Venezuela, los mineros son acusados de robo de energía eléctrica y posesión de contrabando, como ocurrió con Joel Padrón, quien estuvo detenido 14 semanas.

Esta persecución no ha detenido a los mineros, sino que los ha lanzado a la clandestinidad, afirma Rodrigo Souza, fundador de BlinkTrade, administradora de SurBitcoin, que opera en Venezuela pero tiene su sede en Brooklyn, Nueva York.

Por otra parte, la persección a los comerciantes de bitcoins los ha hecho emigrar a la criptomoneda Etherum, con un factor de riesgo menor.

El principio de operación es el mismo, pero se necesita menos electricidad y solo se usa una computadora de escritorio con una tarjeta de video, lo que facilita evadir a la policía, explicó un minero de esta otra criptomoneda.

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