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Venecia se hunde en turistas

La vida de los venecianos se ha visto interrumpida por los aproximadamente 20 millones de turistas que visitan la ciudad cada año. 

Decenas de venecianos ondearon el sábado banderas de color marrón y amarillo y salieron a las calles con maletas en una manifestación simbólica para destacar el éxodo de residentes de la ciudad lacustre, donde las hordas de turistas pueden convertir en un reto la vida diaria.

Las imágenes de las estrechas callejuelas venecianas repletas de visitantes durante el fin de semana largo de la festividad de Todos los Santos fue reflejada por los medios italianos, reactivando el debate sobre si debe limitarse el acceso a la ciudad a través de un sistema de reservas.

Los venecianos llevan tiempo quejándose de que las compras diarias de alimentos y otras necesidades se han vuelto cada vez más complicadas, ya que la ciudad se centra en cubrir las necesidades de los más de 20 millones de turistas que se calcula visitan la ciudad cada año.

"No es una protesta contra el turismo, sino contra las políticas que ha seguido la ciudad en los últimos 40 años", afirmó el residente Andrea Castelli. "No queremos dejar la ciudad, somos venecianos, queremos vivir aquí, así que estamos pidiendo a la Ciudad de Venecia que nos ayude a quedarnos en Venecia", agregó.

Vestido con una capa de tela roja y piel de armiño y un gorro de brocado, Castelli se vistió como el Dogo, el histórico líder de la República de Venecia. Tras encabezar una marcha en la que la gente llevó una maleta gigante roja de cartón y sus propias valijas, el Dogo se subió a una góndola y abandonó la ciudad de forma simbólica.

Según el residente Sebastian Giorgi, la población decrece en unas mil personas al año. Un cartel electrónico en una farmacia indicaba que el número de habitantes es de 54 mil 926 comparado una población de 174 mil 808 personas en 1951 y 60 mil 704 en marzo de 2008.

Además de la congestión que provocan los turistas, los venecianos se quejan de que los alquileres por corto tiempo a los visitantes inflan los precios de la vivienda.

"Venecia es una ciudad frágil a nivel estructural y físico, pero también en lo referente a su tejido social", dijo Federico Permutti, un residente. "Si añadimos la falta de vivienda para los ciudadanos y una proliferación salvaje de alojamientos ofrecidos a turistas, es comprensible que la situación sea inaguantable para los que viven aquí".

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