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Vaticano descarta demora en cónclave papal


AP

Ciudad del Vaticano.- El Vaticano intentó el sábado sofocar las conjeturas de que una división de opiniones entre los cardenales podría prolongar el cónclave que elige al nuevo papa, mientras avanzan los preparativos con la instalación en la Capilla Sixtina de la chimenea que permitirá anunciar al mundo cuando se haya tomado la decisión.

Pero persiste el espectro de que las primeras sesiones de votación terminen sin decisión, pues no existe un candidato claramente favorito para el cónclave que comienza el martes al tiempo que una larga lista de cardenales continúa examinando los problemas de la Iglesia católica.

"Uno no tiene una decisión cabalmente tomada" ya para el cónclave, dijo a The Associated Press el cardenal estadounidense Justin Rigali, quien participó en el encuentro de 2005 que eligió a Benedicto XVI. "Uno tiene impresiones".

El vocero del Vaticano, sin embargo, tuvo que esforzarse para enfatizar la "amplia" y casi unánime decisión que los 115 cardenales electores tomaron esta semana para fijar el martes como el comienzo del cónclave y recordó que en el siglo pasado ningún cónclave se demoró más de cinco días.

"Creo que es un proceso que puede ser cumplido en unos cuantos días sin mucha dificultad", afirmó el vocero, reverendo Federico Lombardi, en declaraciones a periodistas.

Aunque la primera votación del martes incluirá posiblemente a varios candidatos nominados, las sesiones subsecuentes allanarán el terreno para los aspirantes que pueden obtener los dos tercios, o 77 votos, necesarios para ganar, agregó.

"Este proceso de identificar a los candidatos que pueden recibir el consenso y sobre en quién los cardenales pueden converger es un proceso que puede avanzar con notable velocidad", consideró.

Por lo pronto, el Vaticano siguió el sábado con los preparativos a toda máquina. En el interior de la famosa capilla decorada con frescos de Miguel Angel, los trabajadores engraparon una alfombra de fieltro a un piso falso que ha sido construido sobre el suelo de piedra de la capilla.

El piso falso sirve para emparejar las escalinatas respecto de la capilla y al mismo tiempo oculta el equipo de interferencia instalado para impedir el funcionamiento de teléfonos celulares o de aparatos para escuchas telefónicas.

La interferencia funciona. Los teléfonos celulares no tenían recepción en la capilla. Los periodistas que visitaron la capilla con permiso utilizaron sus teléfonos sólo para tomarse fotografías frente al "Juicio final" de Miguel Angel, el enorme fresco detrás del altar que muestra a un Jesús musculoso, rodeado por personas desnudas que ascienden al cielo o descienden al infierno.

En la esquina trasera de la izquierda está una estufa, una estructura de hierro fundido de un siglo de antigüedad en la que se queman los votos para comunicarle al mundo con humo blanco si ya fue elegido el papa o no en caso contrario.

Tras años de confusión sobre si el humo era negro o blanco, el Vaticano instaló en 2005 una estufa auxiliar en la que se encienden cartuchos de fumigación. El humo de esos cartuchos —negro o blanco- se combina en la chimenea con el humo de los votos quemados. Sube por un conducto de cobre entre los muros con los frescos de la Capilla Sixtina, pasa por una ventana y sale por el techo donde los bomberos instalaron el sábado la parte superior de la chimenea.

En otro lugar del Palacio Apostólico, las autoridades procedieron a poner fin definitivo al pontificado de Benedicto XVI con la destrucción de su anillo de pescador, así como los sellos y timbres personales que usó para la documentación oficial.

Este acto, junto con la renuncia pública de Benedicto XVI y su compromiso de obediencia al futuro papa, tienen como propósito marcar la terminación definitiva de su papado para que no haya duda en la Iglesia de que el nuevo pontífice estará a cargo. Estas acciones fueron necesarias debido a la decisión de Benedicto de renunciar en lugar de permanecer en el puesto hasta la muerte.

Todos los acontecimientos apuntan hacia la decisión trascendental que pronto confrontará la Iglesia católica: el comienzo el martes del conclave para elegir al nuevo papa que dirigirá a los 1.200 millones de católicos en el mundo y para buscar una solución a los numerosos problemas que afronta la institución.

Por sexto día, los cardenales se reunieron a puerta cerrada para conversar sobre los problemas que afectan a la Iglesia y examinaron de nuevo el trabajo de las oficinas de la Santa Sede "y cómo mejorarlo", según Lombardi.

El gobierno interno del Vaticano ha sido uno de los temas persistentes en las conversaciones de estos días, indicio de la gran sombra que arrojaron sobre este cónclave las revelaciones de corrupción, pugnas políticas internas y hasta disputas por territorios tras la filtración de documentos papales en 2012.

Lombardi confirmó que sonarán las campanas de la basílica de San Pedro cuando se elija al nuevo papa, aunque reconoció que siempre habrá cierta incertidumbre en toda esa situación. En 2005, la gente no pudo discernir claramente si el humo que salía de la chimenea era negro o blanco, o si las campanas sonaban o no para anunciar al papa o para simplemente marcar la hora.

"Esta es la belleza de estos actos; es decir, tener un mínimo de suspenso", dijo Lombardi. "Unos cuantos minutos (de suspenso) son más interesantes que si todo ocurriera como si fuera un reloj suizo".
 

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